Recordaremos algunos principios de los milagros: son pensamientos, son un cambio de percepción, que se originan en la mente del que ve, son involuntarios, y deshacen el pasado, liberando el presente.

Te mando una de mis lecciones favoritas que creo que es fundamental para invertir nuestro modo de pensamiento.

La única manera de cambiar el mundo que veo es asumiendo que lo que veo hasta ahora es producto de mi mente, de mis pensamientos, analizando la causa puedo corregirla y en ese instante, se corrige el efecto: fuera cambiará o no la situación, pero yo la viviré desde la paz y con aceptación, sin resistencia, sin sufrimiento…

Siempre veré aquello que quiero ver.

Todo lo de fuera me habla de mí…siempre que pierda la paz, la solución y el camino hacia la paz no es intentar cambiar lo de fuera y mucho menos a las personas de fuera (eso es manipulación, cuando intento cambiar a otros…), sino ir hacia adentro y sanar mi mente, entregándola a Aquel que puede sanarla.Por lo tanto, la salvación siempre está en sanar la mente…y en cambiar mi forma de pensar, entregando al Espíritu y acudiendo a su guía para que me ayude a cambiar la mirada y obtener la Visión Crística.
De mí depende observar mi pérdida de la paz y responsabilizarme (por supuesto sin culpa) de que podría ver esto de otra manera…entonces, voy buscando la causa y tanto si la encuentro como si no la encuentro, entrego al Espíritu aquellos pensamientos y emociones egóicas de ataque, juicios, resentimientos, que me hacen perder la Paz.
El reemplazará esta densidad y oscuridad, esta baja vibración y la transformará en LUZ, y en definitiva, cambiará mi mirada hacia la VISIÓN CRÍSTICA…que todo lo BENDICE, ACOGE Y ACEPTA al verlo con los ojos del corazón y al aceptar y amar todo y a todos.