-Hola Guadalupe, quería comentarte que me he dado cuenta que cada vez que yo me enojo por alguna situación con mi madre, mi hija se enoja conmigo. Ahí vemos la conexión que hay entre las mujeres de la familia. Lo he experimentado en mi propia vida, lo percibo, lo vivo, lo siento. Gracias por todo lo que compartís, hace mucho bien Despertar y Crecer y ver estas cuestiones invisibles, pues nos permiten sentirnos más libres y livianos. Puedes brindarnos un ejecicio para sanar la carencia afectiva del clan materno por favor? ¡Gracias!
SANAR LA CARENCIA MATERNAL
El vínculo materno es el primero que mantenemos en nuestra vida. De ella nos nutrimos, y según haya sido esa nutrición, serán las herramientas que tendremos para enfrentar la vida y cómo nos sentimos internamente.
Cuando una persona está enojada con su madre, generalmente de manera inconsciente, comúnmente se dice: está enojada con la vida, porque la madre representa la vida, si yo no estoy en paz con mi madre estaré en conflicto con mi vida. Por eso la importancia de sanar este vínculo. Muchas de nuestras enfermedades, son de la niña que no recibió ese amor que le hizo falta de su madre, quedó desnutrida emocionalmente.
De la madre se desprende la relación que mantenemos con nuestro CUERPO, la relación que mantenemos con el MUNDO, la relación que mantenemos con la COMIDA, la relación que mantenemos con el TRABAJO; y con OTROS VÍNCULOS.
Recordemos que es la madre la primera que nos alimenta, y conforme haya sido ese alimento, será la nutrición en forma de FUERZA que tendremos para enfrentar la vida.
La madre está ligada a nuestra PROSPERIDAD, si no sentimos amor de nuestra madre cuando fuimos niños, me sentiré carente en el mundo en mi vida de adulto.
Más tarde, caundo devenimos madres, maternamos a nuestros hijos conforme nos maternaron a nosotras. Puede pasar también que me vaya al otro extremo, ser diferente con mis hijos en comparación con mi madre, de igual modo, tengo que saber, que aquí se está hablando de fuerza de vida, si no recibí fuerza de vida, de igual modo me costará muchísimo criar a mis hijos, ya que CAREZCO de dicha fuerza.
¿POR QUÉ MI MAMA NO ME DIO FUERZA?
Porque ella no la recibió de su propia madre, por consiguiente no la tenía en ella misma, para entregármela a mi.
“Damos lo que tenemos”.
Generalmente no podemos dar fuerza de vida a nuestros hijos, que no hayamos recibido de nuestra propia madre.
Si yo no recibí un maternaje apropiado, óptimo, donde todas mis NECESIDADES EMOCIONALES, AFECTIVAS estuvieran cubiertas, me costará maternar a mis hijos, ya que no recibí fuerza de vida de mi madre, mi madre tampoco tuvo fuerza de vida para maternarme como debío hacerlo.
El DOLOR, el BLOQUEO, la CARENCIA de dicha fuerza vital, se arrastra de generación en generación, y si hoy quiero que fluya para beneficiar a mis hijos y a mi misma, debo liberarla, desde ancestras a descendientes.
El bloqueo está en el pasado, en las infancias de nuestras anscestras. Recordemos que en la infancia damos a nuestros hijos la fuerza necesaria para desarrollarse en su vida de adulto.
Cada generación que no recibió sabiamente dicha fuerza vital de sus madres, se queda mirando hacia el pasado, esperando esa energía, desprotegiendo a la descendencia, no nutriendo a la descendencia.
Muchas madres, SIGUEN ESPERANDO el amor que no recibieron de su madre, no logrando cortar el cordón sanamente, cuando hacemos esto, estamos desprotegiendo a nuestros hijos. Debemos sanar este aspecto. Mientras yo espere amor de mi mamá siendo una adulta con hijos, debo saber que no estoy nutriendo a mis hijos, quedándome en un estado infantil. Creando una CADENA de DESNUTRIDOS EMOCIONALES.
TRABAJEMOS CON LAS MUJERES DE NUESTRO CLAN:
Imagina y visualiza, aunque no la conozcas, a tu bisabuela. Imagina que una luz poderosa la sostiene, abajo de tu bisabuela está tu abuela. Tu bisabuela le dice a tu abuela:
-no puede estar disponible para ti como debí estarlo, no pude maternarte como debí hacerlo, no tuve la fuerza vital que necesitaba. “Lo siento”. Ahora estoy presente y puedes tomarme de un modo diferente, puedes tomar mi fuerza vital.
Tu abuela respira y se llena de esa energía.
Tu bisabuela le dice:
–Se que te hice falta, sé que no te cuide como debería haberlo hecho, sé que de un modo inconsciente te hice daño, pero ahora estoy aquí para reparar el daño, ahora estoy presente para ti y puedes tomarme.
Tu bisabuela abre los brazos enormes y la toma a tu abuela entre sus brazos. La llena de fuerza vital, esa que no supo darle cuando fue niña. El amor en estos momentos fluye entre ellas dos. Ahora en estos momentos está ingresando esa fuerza vital. Ahora tu abuela la recibió y puede girar hacia la vida y ver a tu madre.
Imagina y visualiza ahora a tu madre, ella en estos momentos está por recibir la fuerza vital que no recibió siendo niña, la visualizaras pequeñita, justo en el momento que tuvo que recibir el amor de su madre y no lo recibió, simularemos su infancia.
Su mamá, tu abuela, le dice:
–Hija, no pude estar disponible para ti como tú lo necesitaste “lo siento”. Sé que me necesitaste de un modo diferente, sé que no te dí el amor que hubieras querido, sé que te hice sentir desprotegida, sé que no te tuve paciencia como debí haberte tenido, sé que te hice falta. Se que necesitaste más dulzura de mi.
Ahora estoy presente como me necesitas tener, puedes tomarme.
Tu abuela extiende los brazos y la toma a tu madre de una manera profundamente amorosa.
Así es como liberamos, y pasa la fuerza de la Vida.
Tu madre ahora se gira y puede mirarte a ti. Recordemos que ella se quedó detenida esperando el amor que no recibió de su madre, tu abuela, se quedó detenida en una psiquis de niña. En estos momentos ya tiene la energía de vida para darte. Ahora es una mujer madura, ahora es una madre “no una niña carente” es una madre madura, y ahora que es una mujer madura puede entregártelo a ti.
Visualiza como fluye la energía de vida, de mujeres poderosas, luminosas, amorosas. Tu madre está apoyada por su madre, tu abuela está apoyada en su madre. Ahora te toca el turno a ti.
Tu madre ya es una mujer, ya salió del estadio de niña al recibir la fuerza vital de su propia madre, ahora puede mirarte a ti, antes no podía mirarte porque seguía esperando esa energía de su madre y estaba en estado niña.
Tu mamá te dice:
–Hija, no pude estar contigo como debería haber estado, no pude ser la mamá que necesitaste, no pude protegerte como te hizo falta “lo siento” “lo lamento”. Sé que te hice falta en muchos momentos que me necesitaste atenta. “Se que te hice daño, lo lamento” no tenía la fuerza para maternarte como lo merecías “Lo siento” Quiero reparar este dolor que te causé por no protegerte. Ahora estoy presente para ti, porque crecí, maduré, puedes tomarme.
Tu madre extiende los brazos, te toma, te abraza fuertemente. Ahora puede dejar de mirar a su madre, pidiendo que la siga maternando, para maternarte a ti. Dejó de ser una niña, ahora es una mujer, tu madre, ella te protege a ti. Deja de mirar el pasado, para mirarte a ti, sus ojos ahora están puestos en ti.
Siente como ingresa esa fuerza de vida en ese abrazo, siente como ingresa en tu cuerpo.
Siente como esa energía de vida te hace crecer, madurar, fortalecerte, brillar. Dejas de ser un niñ@, pidiendo que te maternen, dejas de sentirte carente y desprotegido, para convertirte en un adulta empoderada, fuerte. Siente esa energía de vida en cada célula de tu cuerpo.
Ahora agradeces a tu mamá, a tu abuela, a tu bisabuela. Las miras, y les dices:
gracias a todas!!
Ahora mira al futuro, mira hacia delante, a la vida, tu vida. Estás protegida por todo el linaje, respaldada, te miran con buenos ojos y te alientan a mirar hacia el futuro, hacia la descendencia, su legado.
Entrega toda esta energía a tus hijos en caso de tenerlos, o a los proyectos que tengas para tu vida.