Cuando pretendemos ayudar a alguien sin su permiso, o sin que nos haya pedido ayuda…
-Cuando pretendemos ayudar a alguien sin su permiso, o sin que nos haya pedido ayuda, estamos interfiriendo en su propio proceso, nos estamos colocando en un lugar de quien cree saber lo que el otro necesita, lo cual es soberbia encubierta, disfrazada.
Solo podemos ayudar si la persona nos lo solicita, y solo intervenir en lo que la persona exprese claramente que necesita. La ayuda requiere “humildad”. Saludos!
Para reflexionar
Un hombre encontró el capullo de una mariposa y vio que la mariposa luchaba por poder salir del capullo. Observó que la mariposa forcejeaba duramente para poder pasar su cuerpo a través del pequeño orificio en el capullo, hasta que llegó un momento en el que pareció haber cesado la lucha, pues aparentemente no progresaba en su intento. Parecía que se había atascado. Entonces el hombre, en su bondad, decidió ayudar a la mariposa y con una tijera cortó al lado del orificio del capullo para hacerlo más grande y de esta manera por fin la mariposa pudo salir.
Al salir, la mariposa tenía el cuerpo muy hinchado y unas alas pequeñas y dobladas.
El hombre continuó observando, pues esperaba que en cualquier instante las alas se desdoblarían y crecerían lo suficiente para soportar al cuerpo, el cual se contraería al reducir lo hinchado que estaba. Ninguna de las dos situaciones sucedieron y la mariposa solamente podía arrastrarse en círculos con su cuerpito hinchado y sus alas dobladas… Nunca pudo llegar a volar.
Lo que el hombre, en su bondad y apuro no entendió, fue que la restricción de la apertura del capullo, y el esfuerzo de la mariposa para salir por el diminuto agujero, era la forma en que la naturaleza forzaba fluidos del cuerpo de la mariposa hacia sus alas, para que estuviesen grandes y fuertes y luego pudiese volar.
En síntesis, tratando de ayudar le condenó a vivir sin alas…