Asumir que vivimos GRACIAS a nuestros padres y ancestros
En el alma existe una profunda necesidad de escaparle a la culpa.
Es una necesidad muy profunda. Muchos problemas surgen porque se piensa que es posible escaparle a la culpa. Eso comienza con algo muy sencillo, por ejemplo, teniendo que admitir que uno vive a costas de otras personas. Considerando lo que nuestros padres han hecho por nosotros, comenzando con el embarazo de la madre, pasando por el parto y el riesgo que han asumido.
Luego ese cuidado durante años y años y la preocupación. Tomar eso y mirarle a los ojos, lo que eso significa para cada uno, no es fácil. Así ocurre que algunos se escapan de la culpa, culpa aquí en el sentido de obligación, y se ponen duros frente a los padres. Ponen exigencias y quizás incluso se sienten grandes y superiores.
Todo eso es defensa ante esa culpa.
Pero la persona que mira esa culpa a los ojos, que mira a sus padres a los ojos y ve todo lo que ellos han hecho por ella, esa persona es grande.
Si detrás de ellos ve también a los abuelos con todo su amor y sus cuidados y dice:
“Sí, ahora lo tomo; ahora soy hijo, ahora soy nieto; tomo todo y lo tomo al precio completo que a ustedes les costó”, así el alma se vuelve amplia y grande y, sobre todo, plena de fuerza.
Esa fuerza no puede ser retenida, hay que transmitirla.
Eso hacen los hijos cuando ellos se vuelven padres.
En ese caso lo pasan a los hijos propios, o de otra manera. Entonces de esa culpa, cuando es reconocida, brota una bendición para muchos.
Bert Hellinger decía que somos el éxito de nuestros padres, de nuestros ancestros y de nuestra familia.
“El árbol que puede elevarse muy alto hacia el cielo es porque hunde sus raíces fuertemente en la tierra”. Nietzsche
Transformar el dolor del pasado en la alegria presente
“Gracias a mis padres y ancestros soy lo que soy, los tomo tal y cual como son…en su honra hago algo bueno con mi vida… Gracias… Por Favor… Sí”
Recibe en tu mente y sobre todo en tu corazón, el permiso de tus antepasados para hacer tu vida de manera diferente. Bert Hellinger