Dios es como el Azúcar

Dios es como el Azúcar

Dios es como el Azúcar
Cierto día, la profesora, preguntó a los niños quién sabría explicar quién esDios.
Uno de los niños levantó el brazo y dijo:- Dios es nuestro padre.
El hizo la tierra, el mar y todo que está en ella; nos hizo como hijos de Él.
La profesora, queriendo buscar más respuestas, fue más lejos:
Pregunto – ¿Como saben que Dios existe, si nunca Lo han visto?
La sala quedó toda en silencio.
Pedro, un niño muy tímido, levantó la mano y dijo:
Mi madre me dijo que DIOS ES COMO EL AZÚCAR en mi leche que ella preparatodas las mañanas.
Yo no veo el azúcar que está dentro de la taza en mediode la leche, pero si ella me lo saca, queda sin sabor.
Dios existe, y está siempre en el medio de nosotros, solo que no lo vemos.
Pero si Él no está,nuestra vida queda sin sabor.
La profesora sonrió y dijo: Muy bien, Pedro, yo les enseñé muchas cosas, pero tú me enseñaste algo más profundo que todo lo que yo ya sabía.
Yo ahora sé que Dios es nuestro azúcar y que ESTÁ TODOS LOS DÍAS ENDULZANDONUESTRA VIDA.
Le dio un beso y salió sorprendida con la respuesta de aquel niño.

La sabiduría no está en el conocimiento, pero sí en la vivencia de DIOS ennuestras vidas, pues teorías existen muchas, pero dulzura como la de DIOSno existe todavía, ni en los mejores azúcares.Si estas pasando por situaciones amargas, no te olvides de colocar
“AZÚCAR”en tu vida 🙂

María Guadalupe Buttera G.

PorMaría Guadalupe Buttera G.

Nací en Santa Fe, Argentina, el 17 de abril de 1966. Me desempeño como Escritora y Comunicadora sobre Desarrollo Personal y Espiritual, facilitando procesos de transformación interior. Op. en Psicología Social. Counselor.

Suscribirse a comentarios
Notificarme
guest
1 Comentario
más nuevos
más antiguos vás votados
Comentarios en línea
Ver todos los comentarios
Eduardo
14 junio, 2007 2:33 am

Es una muy bella y correcta analogía que demuestra la sabiduría sobre la esencia fundamental de Dios y su influencia en nuestra vida. Ciertamente Él nos ha dotado de un corazón suficientemente amplio, que solamente debe volver a ser niño para que reconstruya nuestra vida. ¡Expulsemos la objeción y la barrera de la amargura caerá!

error: Este contenido está protegido