¿Donde ponemos nuestra mirada?, ¿dónde enfocamos nuestra energía vital?
Toda conducta tiene sus consecuencias.
Cuando elijo mirar y criticar lo que rechazo, le otorgo fuerza y poder a aquello que rechazo.
Así, ese campo de energía crece.
Cuando elijo mirar y apreciar aquello que deseo que crezca, le otorgo fuerza y poder a aquello que deseo que crezca.
Así, ese campo se hará cada vez más grande y más fuerte.
Ahora que lo sabemos, ¡a elegir con responsabilidad donde enfocamos nuestra energía vital! Pues esta energía vital no es inagotable, por ello, es esencial que aprendamos a gestionarla con responsabilidad.
Puedes comenzar contigo mismo, y observar dónde enfocas tu mirada: ¿en tus dones y talentos?, ¿en tus fortalezas y habilidades?; ¿en lo mejor (no ideal) que hay en ti?; o en tus defectos?
Cuando miras a tu pareja, ¿miras lo que te agrada o lo que no?, y a tus hijos, ¿cómo los miras? ¡Recordemos que “lo que uno mira crece”!
Podemos elegir comenzar a desarrollar la habilidad de mirar aquello que apreciamos y deseamos ver crecer en nosotros, en otros, en el mundo, y elegir accionar desde allí, asumiendo nuestra parte con responsabilidad; entonces, estaremos contribuyendo a que ese campo energético crezca más y más.
Educar nuestra mirada es conducirla hacia aquello que deseamos que crezca.
Librerías virtuales para adquirir los libros de M. Guadalupe Buttera: https://sanpablo.com.ar/comprar/advanced_search_result.php?search_in_description=1&keywords=buttera&Buscar=Buscar