EL DERECHO A LA DIFERENCIA
Lo que nos hace grandes es lo que nos hace igual que todos”
EL DERECHO A LA DIFERENCIA
Relata Anthony de Mello en su libro “El canto de los pájaros”:
-¿Qué demonios estás haciendo?, le pregunté al mono cuando lo vi sacar a un pez del agua y colocarlo en la rama de un árbol…
-Estoy salvándolo de perecer ahogado, me contestó…
Lo que para unos es comida es veneno para otros.
El sol le permite ver al águila pero ciega al búho.
El mono, un gran conocedor de la cultura “monil”, (de sus necesidades, temores y de muchas soluciones a sus problemas), quiso evitar que un pez muriera ahogado.
Claro: los monos le temen al agua y este mono nada conocía de la “cultura pez” (que ellos sin el agua mueren).
Técnicamente hablando: le faltó “competencia intercultural” para poder ayudarlo.
¿A qué se le llama “competencia”?
Es la unión de conocimientos, habilidades y actitudes para desarrollar una tarea.
“Cultura” es la herencia social de nuestras creencias, costumbres, habilidades, idioma, etc., que organiza un determinado modo de ver el mundo y de relacionarnos con él.
A pesar de haber nacido en el mismo lugar, hablar la misma lengua y estar uno frente al otro compartiendo una misma puesta de sol, todos vivimos en mundos diferentes.
Por ejemplo: el mundo de los monos es diferente al de los peces; el de las mujeres, al de los hombres.
Un padre vive en un mundo distinto al de su hijo, al de su esposa y al de su propio padre.
El mundo de un chino es muy distinto al de un musulmán, al de un señor de La Quiaca o de los suburbios de Buenos Aires, y el de éste en relación al de quien vive en el centro de la ciudad.
La diferencia entre unos y otros es inevitable; sólo cambian las distancias de la diferencia.
Entonces, podríamos decir que cada encuentro humano es un encuentro cultural con “otro mundo”.
Y ese encuentro puede tener tres rumbos:
a) Ir hacia la Integración, es decir, quedarme con lo mejor de ambas culturas,y en conocimiento de lo bueno y lo malo de cada una, (según mi criterio), o de lo queme desagrada de ambas;
b) Ir hacia la asimilación, es decir, despojarme de todo lo propio, lo diferente, lo mío, en el intento de parecerme al otro.
c) Ir hacia el choque, el conflicto… (un tema aparte para desarrollarlo enotra oportunidad).
Todo encuentro nos puede llevar secuencialmente, en distintas etapas, a la negación del otro, el rechazo, la curiosidad hacia el otro, su idealización, o la valoración de la diferencia.
Este proceso de cambio de emociones, actitudes yconductas respecto del “otro” se llama, técnicamente, “sensibilidad cultural”.
¿Podés recordarte en alguna de estas etapas en el vínculo con un padre, un hijo, amigo, profesor, compañero, vecino, etc.? Seguro que sí, ¿verdad?.
El desafío es el mismo para todos: conocer al otro y su mundo, defendiendo el derecho a la diferencia.
Lo que nos hace a todos iguales es que todos somos diferentes.
Pero iguales en “dignidad” :))