Resolver conflictos antes que se manifiesten en el cuerpo
El mundo interior 🤍 se refleja en el exterior
Lo que no vemos y resolvemos de nuestro mundo interno, de nuestras relaciones más próximas, se manifiesta luego en el mundo externo; y puede manifestarse en síntomas o enfermedad.
Nuestras células, átomos, nuestros órganos y sistemas corporales están en la misma interacción entre sí que las personas en la sociedad.
V. tiene 58 años, separado dos veces, tres hijos con su primer mujer que son adultos y dos hijos con su segunda pareja, la menor es una niña de 7 años. La niña manifiesta rechazo hacia la actual pareja de V. , él no sabe cómo actuar y entra en conflicto interior, pues siente que tiene que hacerse cargo de la niña y no sabe cómo resolver con su nueva relación de pareja. Al cabo de un par de meses V. se siente mal , va a una clinica y le encuentran dos arterias y una ramificacion tapadas.
Observemos profundamente y con clarividencia
Dos arterias tapadas y una ramificacion: ¿qué es lo que no ha podido fluir en sus vínculos?, ¿dónde se ha interrumpido el amor en su vida?.
Observamos, nos observamos nuestro cuerpo, para ver en qué parte no llega la luz, en qué parte de nuestro cuerpo no llega la luz del amor que lo unifica todo en armonía.
Para V., lo que no pude fluir de las dos ex parejas y una ramificacion, la hija. V. necesita sanar esos dos vinculos de exparejas y liberar asi lo de la hija tambien, para poder estar disponible para una nueva pareja. Profundizando aún más, aparece la necesidad de sanar el vínculo con su madre y su padre. Abrir el camino de ese amor interrumpido.
V. como todos, necesita aprender a ver la información distorsionada que genera malestar y conflictos internos, ver aquello que no fluye, antes que el cuerpo nos hable con síntomas y enfermedades. Conocernos, observarnos, profundizar en cómo nos sentimos y porqué, hacer algo con ello; aprender a desarrollar nuestra consciencia para poder gestionar los eventos de nuestra vida sin quedarnos atrapados en los conflictos sin resolver, lo cual se convierten en síntomas y enfermedades.
Anticiparnos y ver nuestros conflictos internos nos permite gestionarlos antes que se vuelvan síntomas en el cuerpo físico. Cuando no podemos solos, buscamos ayuda profesional. Lo esencial es volverse consciente en el sentido de desarrollar la capacidad para conocerse a si mismo y conocer la realidad que nos rodea; pues es una unidad inseparable: como es adentro es afuera.
Aprender a gestionar nuestras emociones, nuestros pensamientos, nuestros vínculos y nuestros eventos; es esencial hoy. Pues la luz llega como un rayo y te ilumina para poder conocerte profundamente, reconocer aquello pendiente del pasado, liberarlo y transformarlo.
Para lo cual nos abrimos a la multimensionalidad de nuestro Ser: cuerpo físico, alma, consciencia, espiritu. Entonces, cuando el cuerpo ya se afectó y es necesaria una cirugía, lo asumimos; pero luego, paso a paso, nos ponemos disponibles para poder ver desde la consciencia todos aquellos aspectos de nuestra vida que necesitan ser mirados, sanados, liberados, transformados.
Así es posible estar con toda la energia vital en el presente, creando eventos favorables en nuestra vida, creando una vida plena y feliz. Es nuestra responsabilidad personal y podemos lograrlo a partir del desarrollo de nuestra consciencia alineada al alma que tiene el conocimiento divino y eterno. Paso a paso, en un proceso de conocimiento de si, de nuestra historia familiar, social, global como especie humana. Diferentes capas, niveles que interactúan entre sí y que podemos aprender a reconocer.
Darse cuenta es el 1° paso , luego la acción para transformar todo aquello que hace daño, al no estar en sintonía con la Vida.
Desarrollar la consciencia nos permite dirigir la mente hacia el deseo del alma (luz, amor, alegría), sin quedarse atrapados en traumas de la dimensión emocional. Es nuestro desafío evolutivo.