El pensamiento crea realidad
Por Frederick Dodson
Artículo publicado en 2007-2012. Actualizado y resumido en 2014.
El pensamiento crea realidad
He leído recientemente un experimento científico (no recuerdo dónde, leo mucho) relacionado con la cata de vinos. Daban a probar vino barato a unas personas, el mismo vino barato pero etiquetado como vino caro, y vino caro real. Se realizaba un escáner del cerebro de todos los participantes, pero ninguno sabía de qué iba el test. Lo único que sabían era el precio de los vinos (o lo que creían que era el precio). Como se podía esperar, pensaron que el vino barato sabía mal, y que el vino caro sabía bien. También dijeron que el vino barato etiquetado como caro sabía bien. Pero lo sorprendente es esto: El escáner cerebral no sólo indicó que los participantes pensaron que el vino barato etiquetado como caro sabía mejor, sino que este vino realmente les supo mejor. El vino barato etiquetado como tal, y el vino barato etiquetado como caro, eran exactamente el mismo, pero a los participantes les supo diferente en cada caso. Los resultados del escáner cerebral mostraron que no sólo los pensamientos de los participantes se vieron afectados de manera diferente, sino también sus papilas gustativas. De modo que esto es lo que parece haber ocurrido: Al ver una etiqueta con un precio alto, el participante esperaba un sabor mejor. El pensamiento de que sabría mejor, creaba un sabor mejor.
Aun así, el experimento sí reveló que el vino que era caro realmente era el que sabía mejor de todos, independientemente del pensamiento de las personas que participaron, lo que nos lleva de nuevo a esa zona misteriosa entre la realidad objetiva y la realidad subjetiva. Considero que la relación entre ambas es de un 50%. Por ello, si te pones a buscar en un cubo de basura, no te podrás quitar el olor independientemente de lo que pienses. Para poder percibir la realidad y los niveles de energía tal como son, tendrías que mantenerte sin pensar, neutral, sin expectativas. Para poder desprenderte de una realidad obsoleta, tendrías que prestarle una atención neutra, y para crear una nueva realidad, tendrías que desarrollar expectativas positivas.
Ábrete a lo Inesperado
Probablemente has oído el dicho de que “los caminos de Dios son misteriosos”. Esto también se ajusta a la manera en que las intenciones, los objetivos y los sueños se hacen realidad. Crear la Realidad significa fijarse un objetivo y repetirlo o centrarse en él hasta que se convierta en realidad. Pero la forma en que se hace real es muy raras veces la que el Ego espera. A no ser que trabajes con métodos convencionales de fijación de objetivos y acción, las Manifestaciones de la Creación de la Realidad a menudo tienen lugar cuando menos te lo esperas. No abandones tus maravillosos objetivos sólo porque parezca que la vida te lleva en otra dirección. El aspecto que tienen las cosas en el exterior es engañoso, y a menudo, algo totalmente diferente está ocurriendo en una dimensión invisible a nuestros ojos. Ábrete a la sorpresa, nunca tengas miedo de lo desconocido.
A menudo surgen ejemplos de esto que digo ante mis ojos. Hace tan sólo unas semanas tuve que acompañar a una conocida al médico de mala gana, lo que en mi opinión fue una pérdida de tiempo, pues pensaba que estaba perfectamente sana y también que tenía mejores cosas que hacer. Pero relajé un poco mi aversión a ir con ella y me decidí a acompañarla. Mientras estaba en la sala de espera, me puse a conversar con un experto de sánscrito… justo la persona que había estado buscando para que me ayudase con un texto. ¡De hecho, había escrito esa misma intención sólo hacía unos días, y aquí me estaba esperando la manifestación en el lugar más inesperado!
La clave para que se den estas sincronías es dejar de resistirte a la vida y permitir que te lleve “a los sitios”. Si has afirmado tus intenciones de manera explícita, la vida te va a llevar a ellas, incluso aunque no puedas ver cómo.
Cambios de Realidad Repentinos
A veces las cosas se ponen peor antes de cambiar para mucho mejor. ¿Y esto por qué puede ser? Porque la creación de una realidad nueva puede implicar un cambio del statu quo. A veces es necesario destruir un edificio viejo antes de poder construir uno nuevo en su lugar.
He ido cambiando mis enseñanzas con el tiempo a raíz de observaciones de que mis técnicas podían ser “demasiado”. La tremenda eficacia de estas técnicas daba lugar a cambios rápidos y profundos, reparando la realidad de los alumnos en tan sólo unos días. En la época del 2004 al 2006 enseñaba de aquel modo. Por ejemplo, un alumno utilizó mi técnica de los universos paralelos para “crear un trabajo nuevo” y nada más volver al trabajo le despidieron. Me llamó aquel mismo lunes totalmente desesperado: “¡No funciona! ¡Me acaban de echar del trabajo! ¡No puedo creer que me hayan despedido!”, y yo le respondí: “Funciona perfectamente. Lo que has creado es un NUEVO trabajo, y para eso, hay que soltar el viejo”. Consiguió un trabajo nuevo, y mucho mejor que el anterior, unas semanas más tarde, por supuesto, pero al no estar familiarizado con movimientos rápidos de energía y cambios súbitos de conciencia, la experiencia fue para él desesperante.
Recuerdo una mujer de la que yo era coach por aquella época que estableció la “pérdida rápida de peso” como intención principal. Quería perder 4 kilos y medio en los tres días del taller, y efectivamente perdió varios kilos, pero sufrió dolorosos calambres de estómago y diarrea durante todo el curso. Lo acabó mucho más delgada pero también agotada. ¿Cuál fue el fallo? Bueno, lo primero es que podía haber añadido que su pérdida de peso debería ser fácil o una experiencia agradable. Pero aún más importante, podía haber fijado un mes como plazo adecuado para los 4 kilos y medio, de modo que su cuerpo no se sobrecargase. Esto es lo que ocurre:
El espíritu puede procesar más de lo que puede la mente, y la mente puede procesar más de lo que puede el cuerpo, de modo que el espíritu y la mente pueden estar ya listos para el cambio rápido y radical, pero el universo físico, incluyendo el cuerpo y el sistema nervioso, pueden necesitar un poco más de tiempo. Al probar técnicas avanzadas, hay que estar preparados para el hecho de que funcionan. Y precisamente porque funcionan, muchos no se atreven con ellas, retirándose a las zonas de confort que les son familiares, donde no hay cambios. Por tanto, he modificado mis enseñanzas para permitir que el cambio sea más lento y más suave. El cambio que tiene lugar de manera gradual es mucho más fácil de sobrellevar que las revoluciones radicales y los milagros fuera de serie. ¿Hay excepciones a esta regla? Claro que las hay. Una persona estable y bien arraigada en la realidad de la vida diaria puede soportar el cambio rápido con mucha más facilidad. Los cambios súbitos de la realidad son posibles, pero no siempre deseables. Ten cuidado con lo que deseas, porque ocurrirá.
Creer es ver
Cuando paseo por las calles del lugar en el que vivo, siempre me encuentro con una pareja que también vive allí. Nos paramos a charlar de esto y aquello y luego continuamos cada uno su camino; a veces también comemos juntos. Un día les dije que me iba a los Estados Unidos en enero del 2012, a vivir durante un año más o menos, aunque finalmente el viaje tuvo lugar después del verano. Lo interesante es que, sin embargo, a partir de enero la pareja dejó ya de verme pasear por aquellas calles. Yo les veía, pero ellos a mí no. Pasé un par de veces a su lado y no me vieron. Pude entender por qué: la razón es que creían que yo ya no estaba en la ciudad. Estaban tan tremendamente convencidos de que yo ya no vivía allí que dejaron de verme.
La creencia actúa como un filtro poderoso de la percepción. Me he topado con este fenómeno muchas veces. Si no crees en algo, o si ni siquiera lo consideras, no vas a percibirlo, o no vas a percibir las oportunidades que conducen a ello. Por eso es bueno darle a la mente ejemplos de la vida real de aquello que te gustaría experimentar. Si no le puedes ofrecer ejemplos reales de una realidad a tu mente, a tu cuerpo y a tu subconsciente, es posible que no puedas experimentarla.
Sintonizar tu frecuencia con la realidad que prefieres
La realidad que vives se corresponde con la frecuencia con la que estás sintonizado. En cualquier situación de que se trate, lo que tú ves es diferente de lo que ve la persona que está a tu lado, porque tú estás sintonizado con una frecuencia energética diferente. Hay una realidad objetiva, pero el que puedas percibir un aspecto o ángulo determinado de la misma en lugar de otro, es algo subjetivo. Si programas la atención para buscar peligro, encontraras peligros potenciales por todas partes. Si programas la atención para buscar monedas, te fijarás en todo lo que parezca oro al pasear por la playa. Lo que percibes y lo que no, tiene que mucho que ver con tu intención y tus creencias. Si deseas percibirlo todo o caminar en un estado de conciencia agudizada como el protagonista de la película “Sin Límites” (que no es que sea una gran película, pero muestra de manera exacta el estado de conciencia agudizada del que no paro de hablar, aunque por desgracia el personaje de la película en cuestión sólo puede alcanzarlo a través de las drogas), entonces lo mejor es no tener creencia ni intención alguna. Ahora, si lo que quieres es encontrar una cosa determinada, entonces basta con programar una intención, y eso filtrará tu percepción para que puedas discernir las oportunidades y caminos que llevan a ella, y la propia cosa en sí que deseas.
Si algo te continúa pasando una y otra vez, es porque lo estás irradiando, porque estás en una frecuencia que te conduce a ello. Por ejemplo, tal vez encuentras fallos en otras personas de manera constante. Si es así, entonces ya es hora de que prestes atención a tus propios fallos. Si vas de una habitación a otra y te huele a podrido por todas partes, puede ser que lo podrido esté en tu propia nariz y no “fuera” o en otras personas.
La vida se parece mucho a un aparato de radio o televisión. Es imposible que percibas algo o que puedas experimentarlo si no estás en sintonía con la cadena correspondiente. Estar “en sintonía” con una cadena significa dedicarle el tiempo y la atención necesarios para familiarizarte con ella, conectar con ella, intimar con ella y acercarte a ella, entenderla y conocerla, y hacer justo lo contrario con las realidades que quieras disolver –dejar de pensar en ellas, dejar de describirlas, dejar de aprender sobre ellas o dejar de rechazarlas. Aquello con lo que estás en sintonía, sea lo que sea, es lo que vas a experimentar una y otra vez. Si todavía estás viviendo un año más tarde justo la misma discusión que tuviste con una persona, ese es el momento para admitir y reconocer que algún aspecto de tu frecuencia no ha cambiado realmente. Sin embargo, si se desarrolla un tipo totalmente nuevo de conversación, es porque te has transformada en una persona diferente.
Humanidad dominada
La humanidad se encuentra principalmente en un estado de dominación, las personas están esclavizadas por sus propios apegos y aversiones, y por su propia mente. Este proceso se agudiza con el circo mediático y de ocio de masas creado para breves lapsus de atención y para reforzar esos apegos y aversiones. Mi trabajo como Life Coach es ayudar a los individuos a levantarse por sí mismos y salir de esa mente del mundo cansada. El método principal para conseguirlo consiste en superar las creencias de escasez y limitación. ¿De qué manera? Dejando de preocuparte por eso. “Dime que te falta y te diré lo que te preocupa”.
¿Y de qué otra manera? Ayudando a las personas a entender que el esfuerzo no es un gasto de energía, sino que la acumula. Cuando le dedicas esfuerzo a algo, sea lo que sea, acumulas fuerza y energía, no al revés. El desgaste de energía proviene de la resistencia, no del esfuerzo.
Mi trabajo es ayudar a las personas a crear nuevas realidades. ¿Cómo? Enseñándoles el arte de la creencia profunda. La creencia profunda es un estado elevado de concentración, y siempre influye en la realidad física. La humanidad dominada debe saber que se alcanza mucho más estando sin móvil, ordenador o coche durante días, y desarrollando a cambio los poderes de la mente.
Otra cosa que es importante saber es que nuestra capacidad queda mermada cuando nos quejamos. Todas esas quejas diarias no te ayudan a elevar tu energía. Te hacen más y más pequeño… hasta que te acabas convirtiendo en una persona tan pequeña como aquellas de las que te quejas.
Hago el trabajo que se supone que hacen los psicólogos y curas, pero que en realidad no hacen más que de manera limitada, pues a menudo se quedan atrapados en abstracciones. El psicólogo está demasiado centrado en los problemas, y el cura en la vida después de la muerte, como para enseñar acerca del éxito en este mundo. Si bien no puede hacerse un buen coaching para el éxito sin la dimensión espiritual.
Cuanto más difícil es dominarte y doblegarte, más alto es tu nivel de conciencia. Aunque incluso personas con gran entusiasmo por la vida pueden llegar a ser sometidas mediante desilusiones, dificultades y desánimo constantes. Aunque esto no es posible si se plantean de manera firme la intención de no dejar nunca que la oposición les agote, de no permitir que la vida les lleve abajo. Si te planteas aprender algo nuevo cada día y nunca quedarte satisfecho con el statu quo o tu nivel actual de conciencia, habrás programado tu brújula interior para ir hacia arriba el resto de tu vida.
Hay veces que piensas que el parabrisas del coche está limpio… hasta que sale el Sol y hace visible la suciedad. Es parecido con la Conciencia. Cuando tu conciencia aumenta, a menudo lo primero que ves es más oscuridad… pero, con ella, también la capacidad de eliminar esa oscuridad, de limpiar el parabrisas. Por ello el crecimiento hacia arriba puede ir acompañado de dificultades al principio, antes de descansar en un nuevo plano de tranquilidad.
La Técnica de Pensar en Grande
La Técnica de Pensar en Grande consiste en un ejercicio de megalomanía controlada. Se basa en el precepto de que atraes como un imán a tu vida aquello que irradias hacia afuera con tus pensamientos, tus palabras y tus actos.
Me refiero a ella como “megalomanía controlada” para diferenciarla del comportamiento delirante o del pensamiento mágico. Usa esta técnica con moderación para elevar tu “frecuencia vibratoria” personal, pero sin la atadura interior o expectativa de alcanzar rápidamente la idea grandiosa que imaginas, cualquiera que sea. La idea es “aspira a las estrellas para poder llegar a la luna”. Si alcanzar la luna te parece difícil, entonces aspira a alcanzar las estrellas, y llegar a la luna te parecerá mucho más fácil. La Técnica de Pensar en Grande te permite ejercitar la imaginación más allá del límite por un breve período de tiempo antes de traerla de nuevo a la conciencia diaria. La razón por la que esta técnica debe practicarse con moderación (yo la uso una o dos veces al año) es que mantener un nivel demasiado elevado demasiado tiempo (un nivel más alto de lo que tu sistema nervioso y tu sistema de creencias pueden procesar en un período corto de tiempo), puede causar un retroceso, agotamiento nervioso, y el típico delirio del “optimista” que niega la naturaleza yin-yang de la vida diaria. Es mejor ir subiendo gradualmente, desde el nivel 4, por ejemplo, al nivel 8, lentamente y poco a poco, que subirlos todos de golpe. La Técnica de Pensar en Grande te permite lanzarte desde el nivel 4 al 8 de manera instantánea pero a la vez recomienda que no lo intentes muy a menudo, y que mejor vayas del 4 al 5, o del 4 al 6. Una vez que te sientes cómodo en el nivel 7, ya puedes aspirar a alcanzar el 8 con frecuencia, y, por supuesto, deberías hacerlo.
Voy a dar un ejemplo de la vida real para ilustrar como funciona: Hace unos años puse un anuncio en una lustrosa revista de desarrollo personal. Yo normalmente no me anuncio para nada, y mucho menos al precio que pedía esta revista de quiosco, pero estaba aplicando la Técnica de Pensar en Grande y ello pedía un curso de acción totalmente nuevo. En el anuncio yo decía que cobraba 50.000 dólares por un día de coaching. Las personas que sabían que en aquella época yo sólo cobraba entre 400 y 800 dólares por un día, pensaron que me había vuelto “loco”. Aquel anuncio (que me costó 700 dólares) no recibió ninguna respuesta, sin embargo, esa vez en que pensé en dimensiones mucho más grandes de lo que estaba acostumbrado, atrajo toda una retahíla de cosas. Una de ellas es que uno de los editores de la revista se fijó en mi anuncio y me pidió si podían escribir un artículo sobre mí y hacerme una entrevista para el medio millón de lectores que tenían. Me figuro que le impresionó encontrar un coach que pedía 50.000 dólares por sesión. En cualquier caso, lo que obtuve a cambio fue mucho más que mi inversión de 700 dólares. Hoy día puedo decir al mirar atrás que sinceramente 50.000 dólares ya no es “pensar en grande” para mí. Esto significa que mi frecuencia de energía ha alcanzado un nivel con respecto al dinero en el que esa cantidad ya me parece normal. Si hiciese el mismo ejercicio de nuevo, tendría que pedir 500.000 dólares por sesión para que me pareciese algo escandaloso. Esto quiere decir que siempre puedes sentir cuál es tu nivel de creencia en algo probando un nivel más alto, y otro más alto, y otro más alto todavía, hasta que alcances tu límite personal de lo que puedes creer.
La Técnica de Pensar en Grande te pide que ejercites la mente para pensar, sentir, ver y actuar en los términos propios, más amplios, de mayor confianza en ti, de la “versión más elevada de ti mismo”. Así que cuando uses esta técnica, elije pensar y actuar sobre algo que implique una realidad mucho más brillante y exitosa que la que tienes actualmente. Sé escandaloso en tus aspiraciones. Disfruta. Y mira qué pasa.
Entusiasmo Liviano
El Entusiasmo Liviano no surge de lo que estás HACIENDO. Se trata de una actitud interior que crece al soltar las resistencias. Puedes estar rellenando formularios de hacienda, pintando la casa, dando clase a alumnos difíciles, o en medio de arduas negociaciones, y aún sentirlo. Si te sientes agotado o agobiado por las tareas e inconvenientes de la vida diaria, lo que se te pide es un cambio de actitud. Si no has cultivado la actitud del entusiasmo liviano, entonces no importa dónde estés, con quien estés, a dónde vayas o lo que estés haciendo. Un exceso de cualquier cosa se acaba haciendo aburrido o pesado después de un rato. A veces, cuando me piden que haga alguna tarea difícil, puedo empezar con cierta resistencia. Tras media hora refunfuñando, la resistencia puede transformarse en aceptación. Otra media hora más de dicha tarea, y puedo empezar a cantar y bailar mientras la hago. Media hora más, y puedo hacerla con entusiasmo y echarla de menos si se acaba. ¿Qué ha ocurrido? Que he pasado por un cambio de actitud, llegando a aceptar lo que toca en lugar de negarlo. “Sí, pero prefiero evitar esas tareas del todo antes que intentar sentirme bien con ellas”, me dice mucha gente. Pero esas palabras muestran que no han entendido la cuestión. Una vez que hayas conseguido superar tu resistencia, tendrás menos de esas tareas no deseadas. Es precisamente esa resistencia lo que hace que esas tareas se peguen a ti con cola, porque resistencia es igual a atención extrema, y atrae como un imán lo que te disgusta, sea lo que sea. Así que, ¿Cuáles son las tareas que no te gustan nada y que tienes que realizar con frecuencia? Si sabes cuales son, la pregunta siguiente es: ¿Cómo llegar a un estado de entusiasmo liviano mientras las haces?
Convertir canciones populares en afirmaciones de intención
La repetición de pensamientos programa la mente para mantener ciertas ideas, creencias y emociones. Por tanto, todas las canciones populares que repiten estribillos combinados con melodía, funcionan como afirmaciones que programan nuestra realidad. A menudo repetimos canciones y nos apropiamos de ellas sin ni siquiera darnos cuenta de lo que dicen. Por supuesto que también hacemos lo mismo con creencias que tomamos de nuestros padres, de amigos y de los medios de comunicación –las aceptamos sin cuestionarlas.
A veces, cuando otros me llevan en su coche, me desagrada escuchar la radio porque me doy cuenta de lo que dicen las letras de las canciones. Hace poco, en un viaje en auto de 40 minutos, cuando un amigo me buscó del aeropuerto, escuché cómo se transmitían los temas siguientes (sí, los apunté):
“¡Estoy tan solo! Necesito a alguien esta noche o moriré”
“Le voy a meter un puñetazo en la cara a un policía”
“Me voy a emborrachar hasta que me desmaye”
“No consigo arreglar lo que hice”
“Por qué no me llamas”
“Quién puede entenderlo”
“No lo aguanto más”
Corregidme si me equivoco, pero ¿no suena esto como alguien que está realmente deprimido? Con tanta negatividad alrededor, absorbida sin cuestionarlo, uno se pregunta cómo puede alguien llegar seguro a casa. Claro, en el fondo la culpa no es de los artistas ni de los servicios de radiodifusión. Ellos tocan o transmiten aquello con lo que la gente quiere identificarse. Es tan sólo un reflejo más del nivel de conciencia de este planeta, no algo contra lo que luchar o que intentar evitar. Sin embargo tú personalmente sí que puedes llegar a ser inmune a una programación negativa, simplemente siendo consciente de los mensajes que se están transmitiendo: ¿Tengo intención de pegarle un puñetazo a un policía hoy en la cara o de sentirme suicida porque alguien no me llama? No gracias, esas no son mis intenciones.
Conociendo el efecto del sonido, la melodía, las emociones, los estribillos y el pensamiento verbalizado, puedes utilizar diferentes canciones populares y cambiarles la letra para que expresen tus intenciones. Yo cuando lo hago, suelo hacerlo con estribillos. De este modo, si alguien canta “me hundo en un agujero”, yo lo cambio a “me hundo en el universo”, y si alguien canta “¿quién va a montar tus caballos salvajes?”, lo cambio a “voy a montar unos caballos salvajes”, y “No puedo más” cambia a “Puedo con más y más”, y “Lo quiero todo” cambia a “Lo tengo todo”.