ESPIRITUALIDAD Y DEPRESIÓN

ESPIRITUALIDAD Y DEPRESIÓN

 

por Mercedes Nasarre 

Hay momentos en los en los que la vida te desnuda de repente, la fragilidad y la indefensión emergen, todo desaparece y nuestro mundo se queda completamente vacío.

Solo existe el silencio frío, cargado de inquietud y angustia que nos recuerda una y otra vez la pequeñez de nuestra existencia. Después el miedo toma posesión de nosotros, nos encoge, nos esclaviza, nos agita, nos desanima, nos paraliza.

Pero no importa haberlo pasado mal. La última libertad humana, la libertad esencial, esa que nada ni nadie nos puede arrebatar, es la de elegir nuestra actitud ante cualquier circunstancia.

En última instancia, el ser humano se determina a sí mismo, no se limita a existir.

Siempre puede decidir cómo será su existencia.

¿Qué es lo que nos sostiene ante lo aparentemente imposible de superar? Creo firmemente que la esencia y la salvación de la persona está en el amor y a través del amor.

El amor a un ser amado, el amor a la familia, el amor a los amigos, el amor a una tarea, el amor a los necesitados, el amor a la vida por encima de todo, el amor al conocimiento, el amor de Dios para la persona creyente…Y digo “de Dios” porque sabemos que somos sostenidos, perdonados y amados gratuitamente.

En Psiquiatría, como en medicina, impera un pensamiento chato, materialista.

Hasta hace pocos años se creía que nuestro cerebro tenía estructuras inamovibles. Ahora, recientes investigaciones demuestran lo contrario. El triángulo genes-cuerpo-mente es interdependiente y cada parte influye y depende de las otras.

La materia viva es flexible y con capacidad de transformación. Cambiando nuestros pensamientos no solo se cambia la química cerebral, sino la propia estructura del cerebro: se desconectan antiguas conexiones neuronales y se crean otras nuevas. La biología puede responder al poder de la mente.

El depresivo ha perdido el sentido de su vivir. A veces ha habido agotamiento extremo; otras, una reacción anormal ante acontecimientos de la vida. En otras ocasiones existe enfermedad genética y cerebral. Y, a veces, una personalidad negativa que capta la realidad de forma muy sesgada.

La práctica espiritual puede conducir a sanar la actitud depresiva, por supuesto que los psicofármacos aumentan las endorfinas. Pero los afectos, los paseos, el sol, la belleza o la vivencia de lo sagrado las aumentan mucho más.

Toda crisis es una etapa de oportunidad de cambio. Para reflexionar, meditar y tratar de encontrar el mensaje oculto que nos brinda la vida en esta situación.

Siempre hemos de hacernos esta pregunta: si de esta situación pudiera aprender algo positivo, que me hiciera crecer como persona, ¿qué sería?

La espiritualidad es atreverse a transitar por la propia interioridad y dejarnos “tocar” allí precisamente. En ese lugar íntimo donde nos hemos encogido.

«Quedó curado, de suerte que veía claramente todas las cosas» Lc 8,25

Para meditar

Yo, ……….. estoy viva/o ahora, por lo tanto mi impulso de Vida es más fuerte que mi impulso de muerte. Mientras siga fortaleciendo mi impulso de Vida y debilitando mi impulso de muerte, seguiré viviendo con cada vez mayor salud y juventud.

Leonard Orr

María Guadalupe Buttera G.

PorMaría Guadalupe Buttera G.

Nací en Santa Fe, Argentina, el 17 de abril de 1966. Me desempeño como Escritora y Comunicadora sobre Desarrollo Personal y Espiritual, facilitando procesos de transformación interior. Op. en Psicología Social. Counselor.

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María Guadalupe Buttera
2 septiembre, 2016 11:31 am

Liberarse tiene que ver con DESPERTAR y CRECER, darse cuenta q uno no es solo este cuerpo fisico mental y emocional,q somos mucho más, q hay en nosotros una divinidad con quien podemos contactar y vivir en conexión con la Vida. Es una elección que implica soltar dependencias insanas y madurar. Ojalá podamos dar ese paso como humanos, saludos cordiales!

Anónimo
Anónimo
1 septiembre, 2016 2:03 pm

Todos los intentos de paliar las depresiones mediante drogas y justificar el autoconformismo con el destino, no hacen más que aumentar los síntomas de la desdicha. Me han dicho que tengo que huir de la zona de confort. Entiendo por zona de confort lo fácil, lo que menos trabajo dá y más placentero es (o menos desagradable según se mire)… Cualquier persona me diría que lo tengo claro, pero el CUENTITO cambia de color cuando hablamos de SEXO, es decir, NADIE ABANDONA LA ZONA DE CONFORT, hasta que la otra liana de donde cuelga la mona, es más CONFORTABLE o CONVENIENTE. Pero en este rubro, parece ser que se cumple "A Dios rogando, con el mazo dando" En definitiva, dejen de engañar a la gente y autoconvencerla, ya que abandonar la zona de confort, cuando uno está SOLO en la vida, sabe que el confort que va a encontrar nunca será como el de la mona y su liana, es decir: el CONFORT que otorga la seguridad de un tío con pasta, esa ZONA DEL CONFORT, esa no la abandona ninguna. Como dijo John Fogerty, "no soy un hijo afortunado". Menos PROZAC y más verdades objetivas.

La flaca
21 febrero, 2016 2:07 am

Hace años vengo como cristiana LUCHANDO Y GANE VARIAS VECES AL IMPULSO D INTENTAR MORIR.TENGO HIJ NIETOS Q ANO PERO NO SE TERMINA NUNCA DE IR EL FANTASMA D LA MUERTE..PERDI EL CAMINAR X 1 ACCIDENTE Y MI FLIA NO SE PREIC X MI COMO NECESITARIA P SENTIRME VIVA.TENGO LEJ EL AMOR D MIS NIETOS ES LO UNICO Q ME HACE D A RATOS FELIZ.

Fer
Fer
16 marzo, 2012 3:04 pm

¡Qué interesante!

Justo termino de leer y de escribir un mensaje que apunta a lo mismo de Viktor Frankl, psiquiatra, neurólogo y sobreviente de los horrores de los campos de concentración.

Y su testimonio es que se puede encontrar el sentido de la vida hasta en el sufrimiento, que la libertad última reside en la actitud con la que le hacemos frente a la circunstancias.

Me encanta el título del libro: Frankl dice justamente que hay que desdivinizar la psiquiatría y humanizarla.

Un beso grande, Guadalupe querida.

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