-Hola Guadalupe, resulta que estoy doblemente enojada porque se me ha roto la heladera y mi marido no está de acuerdo en comprar una nueva. Por un lado me enojé porque se rompió, y por otro siento que estoy enojada con mi marido, porque él gasta recursos en otras cosas y yo prefiero comprar una nueva heladera; y él prefiere reparar la vieja. Discutimos por esto. 
También estoy enojada con mi madre, porque siempre vive con enfermedades, ya no sabe qué síntoma crearse y molesta a toda la familia. Me siento enojada con todo el mundo! 
Me hace mal todo esto, anoche no dormí bien debido a este enojo doble, y me produce un dolor de cabeza muy grande también. ¿Qué me sugieres? Analía

-Hola Analía! sí, cuando nos enojamos con nuestra madre, todo en ella lo vemos mal, feo, y criticable. Y por extensión, nos enojamos con otros, especialmente con nuestra pareja, pues es el vínculo más cercano que tenemos. Nos enojamos con otros, con el mundo, que es feo y criticable también. Lo cual nos sucede a muchos, pero si nos quedamos en este estado mucho tiempo, esto nos provoca malestar y hasta síntomas, como tu misma dices. 
¿Qué podemos hacer entonces? podemos dejar a un lado las expectativas y las exigencias, y practicar el amor adulto y sano; es decir la aceptación. 
Visualiza a tu madre, la miras a los ojos y luego le dices:
-“Te doy la honra, tú eres mi madre, sea cual sea tu destino”


Luego, puedes hacer el ejercicio Aprender a aceptar a las personas tal como son ; y luego, el ejercicio Sintonizar con la energía del AMOR

Ambos los encuentras en la página https://despertarycrecer.com/ejercicios/

¡Te deseo lo mejor!

Libros que “Iluminan Nuestros Vínculos”:

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