Fui a consultarte hace un tiempo y me hiciste ver una nueva perspectiva totalmente diferente que antes no veía
Me ayudaste a ver los excluidos de mi familia que yo no veía… y quiero dejar mi testimonio.
Tengo 70 años, tuve un hijo a los 17 años con un muchacho de quien me enamoré perdidamente. Luego él desapareció de mi vida. Mi hijo creció y cuando tenía 2 años el padre vino a reconocerlo. Luego volvió a desaparecer. Mi hijo, en su adolescencia, comenzó a consumir drogas y alcoholizarse. Por ello, busqué al padre en su ciudad y me enteré que ya se había muerto. Lo maldije en ese momento porque sentí que me había dejado sola con mi hijo, y en esa situación.
Mientras mi hijo crecía, yo me casé con un hombre con quien tengo 11 hijos más, 7 están vivos y los otros cuatro vos me ayudaste a darles su lugar y reconocerlos, pues fueron abortos que yo no los tenía en cuenta. Fue muy fuerte para mi esa consulta contigo donde me acompañaste a darles un lugar en mi corazón a estos hijos excluidos, abortados.
Pasaron un par de meses, comencé a entender ciertas cosas, cada vez más; y volví a consultarte por mi primer hijo que ya tiene 53 años y que está internado en un hospicio para enfermos mentales. Yo dudo de si es realmente enfermo o no. Algo en mi interior comenzó a cambiar. Hacía los ejercicios de tu página y sentía cosas nuevas en mi, y empezaba a querer comprender algo más.
Me acompañaste a ver que el excluido ahora era el padre de mi 1º hijo. Aquel hombre de quien tanto me había enamorado yo en mi adolescencia y con quien tuvimos un hijo. Esto me lo hiciste recordar tu, y me hiciste hacer un ejercicio donde yo me hacia cargo de mi parte por lo que no había funcionado entre nosotros, y a él le dejaba la suya. Le agradecía porque me había vuelto madre por 1º vez gracias a él, más, allá de lo que hubiera pasado, luego, entre nosotros.
Mi alma sintió un gran alivio, sentía que esto era una gran verdad. Siento M. Guadalupe que ha comenzado a surgir en mi familia un movimiento que lleva a vivir en la verdad, pues este 1º hijo mío era también excluido, como su padre. Este hijo mio, a su vez, tiene un hijo y un nieto que lo excluyen también, pero ya he hablado esto que comprendí en la última consulta contigo, sobre la necesidad de vivir desde la verdad, sin excluir a nadie, y él sintió esta verdad en su corazón e iremos mañana a ver a su padre, en el hospicio donde esta internado. Gracias M. Guadalupe! G.
-hola G.! qué hermosa experiencia de reconciliación con el propio destino… con la propia historia… cada uno fue lo mejor que pudo en el pasado, ahora es momento de reconocerlo y aceptar y honrar lo vivido juntos; pues así aceptamos y honramos al hijo que tuvieron juntos… gracias a tu testimonio, ratificamos cómo el vacío en el alma por la falta del padre, lleva a muchos hijos a la adicción, en sus diferentes formas… observamos cómo los secretos familiares “enloquecen”, aquello que no se dice, enloquece a alguien de la familia… al más sensible… observamos cómo los excluidos generan enfermedad en los descendientes…. Gracias a Dios hoy podemos comprender estas cuestiones profundas del alma, y re incluyéndolas, podemos liberarnos nosotros, y liberar a nuestros descendientes también… Honro a Bert Hellinger de quien recibí estas comprensiones humanas, profundas, del alma. Y como él mismo enseña actualmente, a partir de abrirnos al Espíritu de Dios podemos liberarnos y sanar.
Gloria a Dios! Te deseo lo mejor! Que el Espíritu de Dios te siga guiando!