Hice el ejercicio “Mirar de frente el dolor y trascenderlo” y fue muy liberador
Hola, hace unos cuantos días venía sintiéndome mal, rara, medio triste, me dolía el cuerpo, la garganta, y cuando me acostaba a la noche sentía como una cierta arritmia. Me tomé la presión y el enfermero me escuchó también el corazón y me dijo que tenía dos pausas cada no sé cuántos latidos, y me sugirió que me haga ver con el cardiólogo. Pedí turno y también sentí necesidad de hacer algo con mis emociones; entonces decidí hacer el ejercicio Mirar de frente el dolor y trascenderlo y fue muy liberador. Cuando puse el dolor delante de mí, se relacionaba con esas “dos pausas” de mi corazón, y sentí que se trataba de mis dos abuelos paternos; lloré, me quedé ahí unos minutos con ellos, y luego los despedí, los solté, los honré en mi corazón con mucho amor, y los dejé ir, partir al reino de los muertos. En ese momento me doy cuenta que era el aniversario de fallecimiento de mi abuela paterna. Ay Dios, ¡cuántas señales! Miré hacia adelante, hacia la vida. Luego dormí muy bien, tranquila y ya sin sentir esa arritmia que hacía unos días venía sintiendo. ¡Gracias a Dios! “Los curó a todos” Mt 12,15
«Maestro, queremos ver una señal hecha por ti» Mt 12,38
«Maestro, queremos ver una señal hecha por ti» Mt 12,38