La escalera del crecimiento

La escalera del crecimiento

Imagina que estas frente a una gran escalera. Tienes a tu lado a una persona que es importante para ti (pareja, amigo), y están tomados de la mano.

Mientras están en el mismo nivel, todo está bien, y lo disfrutan.
Pero de pronto tú subes un escalón, y la otra persona no.
Ella prefiere mantenerse en el nivel inicial.
No hay problema.
Es fácil aun así, seguir tomados de las manos.

Pero tú subes un escalón mas, y esa persona se niega a hacerlo.
Ya las manos han empezado a estirarse y no es tan cómodo como al principio.

Subes un nuevo escalón, y ya el tirón es fuerte.
No lo disfrutas, y empiezas a sentir que tu avance se frena.
Tú quieres que la otra persona suba contigo para no perderla, pero para ella no ha llegado el momento de subir de nivel, y se mantiene en su posición inicial.

Subes un escalón mas, y se vuelve muy difícil mantenerte unido.
Te duele, y mucho.
Insistes en tu deseo de que esa persona suba, de no perderla, pero tú ya no puedes ni quieres bajar de nivel.
En un nuevo movimiento hacia arriba viene lo inevitable: se sueltan de las manos.

Puedes quedarte ahí, llorar y patalear tratando de convencerla de que te siga, de que te acompañe. Puedes incluso bajar de nivel con tal de no perderla, pero ya nada es igual.

Por más doloroso y difícil que sea, entiendes que no puedes hacer más que seguir avanzando, y esperar que algún día compartan el mismo nivel.

Es lo que sucede cuando inicias tu camino de crecimiento interior.

En ese proceso pierdes todo lo que no coincide con quien te has convertido.

Es que el crecimiento es personal.
Quizás después de un tiempo las otras personas decidan emprender su propio camino y te alcancen, o suban incluso más que tú.
Pero es importante que sepas que no puedes forzar a nadie.

Quizás, en tu escalera para crecer te quedes solo un tiempo. Pero a medida que avanzas te vas encontrando con otras personas más afines a ti. Personas que con su propio esfuerzo están en el nivel al que pudiste llegar.

Allí ya no hay dolor, ni apego, ni sufrimiento.
Hay amor, comprensión, respeto.

Es que la vida es una infinita escalera, donde vas encontrando personas que te acompañan.
Y si alguien cambia, la estructura se acomoda.

A todos nos cuesta soltarnos.
Y después de una fuerte ruptura uno sigue mirando hacia atrás, esperando un milagro.
Y el milagro aparece, pero no de la manera en que uno suponía.
Aparece bajo otros nombres, otros cuerpos, otros ideales, otra misión, otro trabajo, otras oportunidades.

Cada pérdida, cada cosa que se va, hay que dejarla ir.
Y prepararse para lo bueno que viene a tu vida.
Tú sigue avanzando y confía.

http://1.bp.blogspot.com/_LrzoDGqwig0/STsbETfOw4I/AAAAAAAAAHY/en5NYQrfBNE/s400/stairs.jpg

María Guadalupe Buttera G.

PorMaría Guadalupe Buttera G.

Nací en Santa Fe, Argentina, el 17 de abril de 1966. Me desempeño como Escritora y Comunicadora sobre Desarrollo Personal y Espiritual, facilitando procesos de transformación interior. Op. en Psicología Social. Counselor.

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Yesica Salazar Arias
Yesica Salazar Arias
12 diciembre, 2023 9:49 pm

Yo coincido con todo ,por que tiene muchas verdades aveces dejamos de avanzar por no dejar a personas egoístas cosa que no deberíamos de hacer deberíamos de cumplir nuestras metas y encontrar a personas que nos apoyen y nos acompañen y no quedarnos atrás por no perder a alguien que no tiene las ganas de cumplir metas .

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