La Sencillez de Ser

La Sencillez de Ser

Nos conduce a la Plenitud de la Vida



“Si pasan diariamente 20 minutos con el Salvador en privado, pasarán la eternidad en su presencia”.

Steven Covey

Aprender a meditar
Recuerda cuando aprendiste a manejar tu bicicleta.
Como primero era necesario aprender a mantener el balance y conducir derechito hacia adelante.
¡Y qué bella sensación de libertad y armonía cuando lográbamos mantener el balance y no salirnos del camino!
Algo similar ocurre con la meditación.
Al igual que el aprender a manejar una bicicleta, necesitamos tener la voluntad de querer aprender.
Tener la voluntad de concentrarnos.
Y dirigir nuestra energía en la sencilla tarea de mantener el balance y manejar con seguridad en la misma dirección, como cuando manejábamos la bici.

Es volver a nuestro centro
Claro que hoy es un verdadero desafío la sencillez.
Porque muchos piensan que si algo es sencillo, no vale.
Y aprender a meditar, “estar en el medio”, volver a nuestro centro, es algo muy sencillo.
Es dejar atrás las distracciones, para poder concentrarnos en lo esencial.
Para estar en armonía y en libertad.
Es reconocer profundamente las posibilidades que tenemos cada uno de nosotros.
Es abrirse a la realidad que solamente podemos descubrir y encontrar en la profundidad de nuestro ser.
Para ello, necesitamos aprender a estar en un profundo silencio.
Y para lograr este silencio es necesario dedicar tiempo, energía y amor.

Un camino de sencillez y silencio
Y ¿qué hacemos en este tiempo?
Pues nos sentamos de manera cómoda, buscando una posición confortable en la que puedas quedarte quieto durante un tiempo.
Luego, repetimos interiormente nuestra palabra sagrada, nuestro mantra (ej. ven Jesús, o ven Espiritu Santo).
Todo un arte. Evitamos desviarnos del camino, resonamos la palabra en nuestro corazón, y esta resonancia va abriendo niveles elevados de conciencia, que no es posible sintonizar cuando no hay silencio o estamos distraidos.

Desde la superficie a la profundidad
Es un proceso, un aprendizaje para ser.
Para ser tú mismo y entrar al regalo que Dios te dio: tu propio ser, su creación.
Esto lo vamos comprendiendo de a poco.
Estar en armonía con uno mismo, nos conduce a estar en armonía con toda la creación y con nuestro Creador.

Que nos conduce a nuestro ser
Así vamos aprendiendo a que ninguna acción tiene sentido profundo si no surge de nuestro ser.
De las profundidades de nuestro ser.
Y el camino que nos lleva a la profundidad de nuestro ser es precisamente la meditación.
Nos lleva de la superficie a la profundidad.
Este aprender a ser, es aprender a ser una persona en plenitud, a vivir en plenitud.
Es vivir a partir de nuestro centro. En la eterna renovación de nuestro origen.
Es vivir a partir del espíritu que se deriva de la mano creadora de Dios.

Y nos llena de la energía del amor
Con nuestra meditación diaria iremos reconociendo a nuestro guía.
A medida que vamos llegando al centro de nuestro ser, entrando en nuestro corazón, un guía nos recibe.
Somos bienvenidos por aquel que nos llama personalmente a nuestra plenitud de vida, armonía, unidad y una energía divina que encontramos en nuestro propio corazón, en nuestro propio espíritu.
Esa es la energía de toda la creación.
Y como lo dijo Jesús, mi guía, es la energía del amor.

Para reflexionar

“Lo que entendemos y aprendemos se transmite a nuestros familiares y amigos
mediante la influencia que ejercemos en el campo morfogenético.
La información es vibratoria y nos busca cuando lo pedimos.
Cuando encuentro el camino que me lleva a la ampliación máxima y al anclaje
máximo de mi Todo individualizado,cuando mi vida se
alinea sobre mi Esencia y accedo al espacio sagrado de las posibilidades
esenciales, transmito esta información al campo morfogenético; información que
se vuelve disponible para todos quienes, al igual que yo, buscan el camino
hacia su centro. No hay nada que hacer, nadie por convencer; es una cuestión de
influencia vibratoria”.
Kishori Aird, autora de los libros
El ADN sin misterio, El ADN, la elección cuántica (ed. Vesica Piscis) y, Essence.
Id proclamando que el Reino de los Cielos está cerca.
Mt 10, 7


«Venid también vosotros aparte, a un lugar solitario, para descansar un poco» Mc 6,32


Siéntate
Escúchate
Reconócete


“Eres un ser espiritual inmerso en una experiencia humana” 
Pierre Teilhard de Chardin 
María Guadalupe Buttera G.

PorMaría Guadalupe Buttera G.

Nací en Santa Fe, Argentina, el 17 de abril de 1966. Me desempeño como Escritora y Comunicadora sobre Desarrollo Personal y Espiritual, facilitando procesos de transformación interior. Op. en Psicología Social. Counselor.

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