Lograr el Amor en la Pareja
por Bert Hellinger
El amor se logra cuando el dar y el tomar en la pareja están equilibrados.
Es decir, cuando aquél que da, también toma, y aquél que toma, también da.
La necesidad de equilibrio es una necesidad fundamental.
Es comparable a la fuerza de gravedad.
La fuerza de gravedad actúa en todas las partes y sus efectos son compensadores.
De la misma manera ocurre en las relaciones.
Quién da, está en una posición superior.
Puesto que ha dado, siente un derecho, como si tuviera que recibir.
Y aquél que toma, se siente en deuda con el otro.
Sólo cuando también él acaba dando, se siente libre de esta deuda.
Esta necesidad de compensación es la base de toda relación social.
Solo porque existe esta necesidad, también existe el intercambio entre personas que conviven.
Sin la necesidad de compensación no hay tampoco ningún intercambio.
En la relación de pareja, la necesidad de compensación va unida al vínculo y al amor. Puesto que la persona ama, da.
Y puesto que también el otro ama, da de la misma manera.
Pero por precaución da un poco más.
Así, también el otro da un poco más, por lo que el intercambio se mantiene.
Cuando se llega a una compensación exacta, la relación se acaba, porque entonces los dos ya no se deben nada, también en un sentido figurativo.
En una relación viva, se desarrolla un movimiento de dar y tomar.
Cuánto más extenso sea este movimiento, tanto más profunda será la satisfacción mutua.
El dar más sublime se manifiesta en la frase de: “Tal como eres, eres perfecto para mí”.
La confirmación de que una persona, tal como es, sea el mejor ejemplar posible de ella misma, aporta satisfacción muy profunda en el alma.
Quién da, está en una posición superior.
Puesto que ha dado, siete un derecho, como si tuviera que recibir.
Y aquél que toma, se siente en deuda con el otro.
Sólo cuando también él acaba dando, se siente libre de esta deuda.
No obstante, hay personas que consideran más importante la libertad.
Huyen de este vínculo que se profundiza a través del intercambio, por lo que mantienen el movimiento entre el dar y tomar lo más bajo posible.
Así, reciben poco, pero por otra parte tienen mucha libertad.
Esta libertad, sin embargo, es vacía.
El amor se logra cuando el dar y el tomar en la pareja están equilibrados.
Es decir, cuando aquél que da, también toma, y aquél que toma, también da.
La necesidad de equilibrio es una necesidad fundamental.
Es comparable a la fuerza de gravedad.
La fuerza de gravedad actúa en todas las partes y sus efectos son compensadores.
De la misma manera ocurre en las relaciones.
Quién da, está en una posición superior.
Puesto que ha dado, siente un derecho, como si tuviera que recibir.
Y aquél que toma, se siente en deuda con el otro.
Sólo cuando también él acaba dando, se siente libre de esta deuda.
Esta necesidad de compensación es la base de toda relación social.
Solo porque existe esta necesidad, también existe el intercambio entre personas que conviven.
Sin la necesidad de compensación no hay tampoco ningún intercambio.
En la relación de pareja, la necesidad de compensación va unida al vínculo y al amor. Puesto que la persona ama, da.
Y puesto que también el otro ama, da de la misma manera.
Pero por precaución da un poco más.
Así, también el otro da un poco más, por lo que el intercambio se mantiene.
Cuando se llega a una compensación exacta, la relación se acaba, porque entonces los dos ya no se deben nada, también en un sentido figurativo.
En una relación viva, se desarrolla un movimiento de dar y tomar.
Cuánto más extenso sea este movimiento, tanto más profunda será la satisfacción mutua.
El dar más sublime se manifiesta en la frase de: “Tal como eres, eres perfecto para mí”.
La confirmación de que una persona, tal como es, sea el mejor ejemplar posible de ella misma, aporta satisfacción muy profunda en el alma.
Quién da, está en una posición superior.
Puesto que ha dado, siete un derecho, como si tuviera que recibir.
Y aquél que toma, se siente en deuda con el otro.
Sólo cuando también él acaba dando, se siente libre de esta deuda.
No obstante, hay personas que consideran más importante la libertad.
Huyen de este vínculo que se profundiza a través del intercambio, por lo que mantienen el movimiento entre el dar y tomar lo más bajo posible.
Así, reciben poco, pero por otra parte tienen mucha libertad.
Esta libertad, sin embargo, es vacía.
“El hombre aprende el respeto por la mujer, de su padre, y la mujer aprende el respeto por el hombre, de su madre. Toda relación de pareja es un reflejo de nuestra relación con nuestros padres” Bert Hellinger
La pareja no está para llenar vacíos, sino para compartir desde la plenitud.
Desde la mirada de las Constelaciones Familiares, Bert Hellinger nos muestra que nuestra forma de amar y relacionarnos en pareja está profundamente influenciada por la relación que tuvimos con nuestros padres.
No se trata solo de la convivencia o el cariño que recibimos, sino de los patrones emocionales, expectativas y creencias que absorbimos en la infancia.
¿Cómo se refleja esto en nuestras relaciones?




¿Cómo cambiar este reflejo del pasado?
Sanar nuestra relación con nuestros padres, aceptarlos como son, honrar la vida que nos dieron y dejar de cargar con sus historias no resueltas.
Cuando hacemos esto, dejamos de buscar en nuestra pareja lo que nos faltó en la infancia y podemos vivir relaciones más libres, equilibradas y amorosas.
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