Los sucesos dolorosos en nuestra vida

Los sucesos dolorosos en nuestra vida

Podemos experimentarlos de dos formas
Al experimentar sucesos dolorosos en nuestra vida podemos elegir vivenciar:
-un enorme aprendizaje, permitiendo que nuestro Ser se fortalezca y crezca a raíz de esa experiencia, llevándolo más cerca de Dios;
-o seguir patrones de sacrificio y sufrimiento que nos mantienen en un papel de víctima que no nos proporciona crecimiento alguno.

Así, hay experiencias que nos dejan un gran aprendizaje, son aquellas que a pesar de haber sido dolorosas nos llevaron a un crecimiento interior e incluso a replantearnos las viejas creencias llevándonos a buscar la Verdad que habita en nuestro Interior.

Son experiencias que nos mostraron un poco más acerca de las leyes que gobiernan la vida, fortaleciendo más nuestra real esencia y despertando el deseo de generar un cambio en nosotros mismos y a nuestro alrededor.
Por otro lado, las experiencias que siguen los patrones de víctima, de sacrificio y dolor, son aquellas que no nos producen ningún crecimiento, muy por el contrario, nos mantienen en una rueda interminable de dolor y de rencor ya que, nos creemos victimas, sentimos que somos víctimas y al no salir de esa trampa mental, los mismos sucesos se repiten una y otra vez, y con cada suceso el rencor aumenta. ¿Por qué se repiten? Porque no nos hicimos cargo de aprender lo que nuestra alma necesitaba para continuar expandiéndose en el amor.
Todos y cada uno de nosotros podemos experimentar la expansión de la conciencia
y por consiguiente la absoluta libertad que viene con ella.
Nuestra real esencia es el amor y el rencor nos aleja de él, nos aleja de nuestro ser verdadero.
El rencor es una barrera que nos limita y genera una lucha interior que nos cierra la puerta de conexión con la Vida, con nuestro Creador, generándose así más angustia y dolor por sentirnos separados, solos.
Salir de esa trampa es nuestra responsabilidad, ya que nadie puede hacerlo por nosotros, sí pueden acompañarnos, guiarnos quienes hayan recorrido ese camino, pero el proceso es personal e intransferible.
Des-ocultando este engaño que nos ata y limita, podemos elegir re-conectar con la Vida y volver a casa, a nuestro hogar verdadero: el amor; saltando la barrera del odio y el rencor que nos impide vivir desde la Verdad de nuestro ser: hijos de Dios creados a su imagen y semejanza.

Trabajo personal

-¿Cómo fueron las vivencias que te llevaron a experimentar rencor, siguiendo un patrón de victima?
-¿Vale la pena seguir experimentando rencor, dejando a un lado tu corazón, tu hogar donde serás libre por siempre?Ejercicio liberador: Sintonizar con la Vida

¡La puerta está abierta! ¿Estás dispuesto a dejar de esconderte detrás de esa barrera y cruzar el umbral hacia la libertad? ¡Adelante! ¡Que la Vida mira hacia adelante!

Cuando soltamos el rol de “víctima” y agradecemos la vida como es; 
entonces la vida se vuelve generosa para con nosotros.


«Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame»
Mt 16,24


RECUERDA:
María Guadalupe Buttera G.

PorMaría Guadalupe Buttera G.

Nací en Santa Fe, Argentina, el 17 de abril de 1966. Me desempeño como Escritora y Comunicadora sobre Desarrollo Personal y Espiritual, facilitando procesos de transformación interior. Op. en Psicología Social. Counselor.

Suscribirse a comentarios
Notificarme
guest
3 Comentarios
más nuevos
más antiguos vás votados
Comentarios en línea
Ver todos los comentarios
María Guadalupe Buttera
8 agosto, 2011 2:36 pm

q bueno Fer tu apreciación… pareciera q uno comienza desde un plano mental y luego, si abrimos ntro corazón, las comprensiones se expanden a otras dimensiones… seguimos caminando en el único Camino: el AMOR que dice Si a la VIDA tal y como es =)
abrazo y feliz semana FER!!! escribis re lindo! me encanta!!

María Fernanda Paz
8 agosto, 2011 2:25 pm

Esto al principio lo leía en tus escritos y me parecía fabuloso, pero realmente, no lograba vivenciarlo. Con el paso del tiempo y la psicoeducación que hago de tu mano, cada día logro dar un paso más en mi crecimiento personal que me aleja del rol de víctima sufriente y del rencor, y me convierte en protagonista responsable de mi biografía humana en la aceptación, biografía que de todos modos sigue ligada a la "estela de la constelación" que dejaron como huella mis ancestros y mis padres en especial, pero que intento mirar desde un lugar nuevo y sanador, para mí y para ellos, porque es la mirada misericordiosa que redime y no condena. Sí, lo veo más claro con esos anteojos que me hice hacer y con los que compartiste hace poco en un video. Voy a seguir en camino, María. Voy a seguir despertando y creciendo.Te sigo, María, porque vos sos caminante del mismo camino.
Gracias por tu guía!!!
Cariños de Fer.

Anónimo
Anónimo
8 agosto, 2011 11:37 am

Gracias. Es bellísimo y sanador este blog =)
Alexia

error: Este contenido está protegido