Hola Lupita…Sabes, tengo días un poco difíciles.  Ayer han operado a mi madre y confirme que no tengo deseos de ir a visitarla al hospital, de hecho no he ido, siento una indiferencia por ella y no me importa que este en el hospital. Soy consciente de lo que tú dices que a la madre hay que honrarla y amarla, pero créeme que ahorita siento no poder hacerlo, hay algo mas fuerte que yo que me impide hacerlo. Desde hace dias estoy un poco sentimental y con coraje a la vez, pero hoy fue el colmo porque estoy llorando por cualquier situación relacionada con mi madre. Hay indiferencia ante su operación pero a la vez hay culpa y dolor por no visitarla.  Muy en el fondo hay una sensación de abandono, me comporto o quisiera comportarme como un bebe berrinchudo y llorón. Me esta siendo ya muy desgastante quiero tocar fondo dentro de lo que cabe ahora. Soy el mayor de 10 hermanos y aparte hay esa presión de ellos de no visitar a mi madre. Hace dias deseaba ir con mi madre y que me apapachara como un bebe recién nacido sentirme protegido amado deseado…lo único que deseo es sanar esta parte de mi vida xq veo que me estorba con mi relación de pareja, en el trabajo, en nuestro negocio y últimamente hasta para escribir poemas que es algo que me apasiona en mi vida y que lo hacia con mucha facilidad.
Debo honrarla amarla y no juzgarla, pero siento no tener fuerzas ni deseos…

Hola! acepta donde te encuentras hoy, dale a tu niño interior lo que necesita, lo miras delante de ti y le abrazas, lo acaricas, le das tu lo que necesita ese niño, te quedas con él hasta se sienta tranquilo, amado, aceptado, contenido.
Una vez que esté tranquilo el niño, podrás ir haciendo los ejercicios de tomar a la madre y al padre. Los encuentras en la página https://despertarycrecer.com/ejercicios/
De a poco, date tiempo, comienza calmando al niño que clama por ser amado, ahora tu mismo le dará lo que él necesita. Adelante! con amor!