‘Mi padre, mi fuerza…’
Mi padre
Queridos oyentes,
cuando intentamos elegir entre nuestra madre y nuestro padre,
nos sentimos atrapados.
A menudo, nuestra madre está en primer plano
y nuestro padre más bien en el fondo, apartado.
Sin embargo, sentimos un profundo anhelo por él.
Hoy lo pongo en primer plano.
Mi padre me hace completo.
A través de él me experimento como entero,
porque él es distinto a mi madre.
A través de él veo a mi madre como menos poderosa.
Su grandeza está limitada por mi padre.
En armonía con él, puedo soportar su grandeza.
Gracias a mi padre, ella permanece para mí tan humana,
que puedo tomarla completamente,
junto con mi padre, completamente.
Y también ocurre al revés:
A través de mi madre, mi padre regresa a la tierra,
también mi padre celestial.
Con ella, también el cielo llega a la tierra.
¿O contradice esto la imagen del ser humano
tal como Dios lo creó con el mundo?
Según esa imagen, tal como la describe la Biblia en el relato de la creación,
Dios ve su propia imagen en el ser humano.
En ese relato se dice que Dios creó al ser humano a su imagen.
¿Qué imagen era esa?
Era la imagen del ser humano como hombre y mujer,
como padre y madre.
¿Dónde encontramos esa imagen?
¿Dónde permanece esa imagen?
Permanece en la tierra.
¿Dónde encontramos la imagen de Dios?
¿Dónde encontramos la imagen que Dios tiene de nosotros?
La encontramos en nuestro padre y en nuestra madre – en la tierra.
Cuando nuestro padre encuentra su lugar pleno en nuestro corazón,
también tendremos una semana feliz.
Suyo,
Bert Hellinger