Antes de seguir quiero aclararte que ella tiene buenos sentimientos y valores, pero al ser una persona celosa y nerviosa la hacen tener este tipo de actitudes.

Cada día es esperar un enojo por un problema nuevo, ya sea por algo que hice o que no hice, me controla donde estoy, que hago, con quien estoy, si gasto o no gasto dinero, etc.

Pero el principal problema son sus celos con mi madre, es algo que no puede controlar, le provoca fobia mi buena relación con ella, no soporta que la visite, que le haga favores, y busca un motivo para comenzar con las agresiones verbales, diciéndome que voy a ser un eterno niño, que voy a morir solo sin pareja, y termina pidiéndome que nos separemos. Yo me ofendo y nos separamos, esto dura 1 o 2 semanas, se nos pasa el enojo, se arrepiente y seguimos, este ciclo se ha repetido miles de veces.

Cada reunión familiar es motivo de escándalo posterior, criticas a mi hermano y su esposa, cualquier comentario de alguien lo toma como ofensa hacia ella y luego es motivo para pasarme las quejas.

Con mis grupos de amigos siempre tiene alguna critica, o un motivo para no ir a las reuniones, alguien le cae mal o no le gusta alguna actitud.

Para cerrar el tema, mi estado de aturdimiento y culpa me esta nublando la razón, sin poder decidir claramente lo que me conviene decidir, cada vez que ella se enoja me siento culpable, siento que podría haber evitado su enojo. La tristeza que me provoca la separación hace que siempre encuentre una razón para seguir con la relación. pero al volver con ella me doy cuenta que nada mejora.

Este tipo de personalidades cambia?  Me conviene seguir esta relación?

Muchas gracias por aceptar mi consulta.

A continuación te paso un texto que me identifiqué leyendo en internet…

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El agresor se adjudica el derecho de controlar la vida y la conducta de su pareja.

Para hacerlo feliz, la víctima renuncia a personas y actividades que eran importantes en su vida.

El agresor desvaloriza las opiniones, sentimientos y logros de su pareja.

Cuando la víctima hace algo que le disgusta al agresor, éste vocifera, manotea, amenaza o castiga con un silencio colérico.

La víctima, a fin de no disgustarlo, se ve obligada a tentar el terreno y ensayarlo que le diga. Vive en un miedo constante.

La víctima se confunde ante los bruscos cambios de su pareja que, sin manera de preverlos, van del más dulce encanto a la cólera.

La víctima suele sentirse perpleja, desorientada o fuera de lugar frente al otro.

El agresor es sumamente celoso y posesivo.

El agresor culpa a su pareja de todo lo que funciona mal en la relación.

Respuesta de María Guadalupe Buttera:
Hola! por lo que relatas, tienes conciencia de lo que sientes y te pasa, eso es esencial!