En argentina, en el mes de octubre festejamos el día de las Madres.
Pues, entonces, escribí a mi madre una carta.
Luego pensé, sin el aporte de mi padre mi madre no podría serlo, con lo cual, terminé escribiéndoles a los dos.
Te lo comparto, ojala te inspire para escribirle a los tuyos.
Recordemos que la Vida la recibimos de ellos, y en esto, en la transmisión de la Vida, todos los padres son perfectos.
¡Dios bendiga a nuestros padres!
Ellos dijeron “Sí a la Vida” y por ello estamos hoy aquí, ¿verdad?
Honramos la Vida, honrando a nuestros padres.
¡Que así sea!

A mí querida mamá y mí querido papá
Querida mamá, no quiero esperar que te vayas de este mundo para agradecerte todo lo que me diste.
Confieso que me causa mucho dolor ver cómo este último tiempo te fuiste envejeciendo.
Ya no puedo seguir evitando enfrentarme con esto, y acepto tus ganas de irte.
No quiero retenerte egoístamente, te libero mami, y me libero.
Te doy gracias infinitas por tanto amor.
Te pido perdón si te hice renegar demasiado.
Sé que no fui una hija fácil de arriar.
Lo cierto es, mami, papi, que yo soy hoy una mujer agradecida de la vida, una eterna agradecida a Dios por la mamá y papá que Él me regaló.

Un hombre y una mujer común y corriente
En algún momento de mi vida me enojé con ustedes, pero hoy sé que fueron lo mejor que pudieron ser, que son seres humanos comunes, y como tal, han cometido errores.
Y así los tomo en mi corazón. Así los quiero, tal como son, con todo.
Porque vuestros aciertos y vuestros errores hicieron de mí esta que soy hoy.
¿Qué sería de mí sin ellos?
Por ello, me desprendo de mis expectativas hacia ustedes, las que van más allá de lo que se puede exigir de una persona común y corriente.
He recibido todo lo que necesitaba y así está bien para mí.
También sé que más allá de las diferencias, el amor no pasa. Ese amor es eterno.
Y desde ese amor que no pasa, me conecto contigo mami, y contigo papi.

Les digo Gracias
Y te digo gracias mami. Gracias papá.
Gracias por la vida,
Gracias por el hermoso nombre que me eligieron,
Gracias por cuidarme cuando era niña, vestirme, hacerme comidas ricas,
Gracias por llevarme a la plaza que tanto me divertía, al circo de Gaby, Fofó y Miliki que me alegraba y disfrutaba …
Gracias por comprarme la bici y dejarme libre para andar,
Gracias por mandarme a la escuela,
Gracias por acompañarme cuando empecé a trabajar.
Gracias por cuidar a mis hijos,
Gracias por escuchar mis dudas,
Gracias mami, por tus tejidos, por tus bordados que conservo hoy,
Gracias papi, por todos tus arreglos,
Gracias porque siempre estuvieron y están ahí, dispuestos a ayudar en lo que necesito,
Gracias por darme dos veces la vida, mami, porque vos te diste cuenta de que algo me pasaba, y así pude sanar,
La lista podría continuar mucho más, pero para sintetizarla les digo ¡gracias por todo lo dado!

Eternamente gracias
Eternamente gracias mamá.
Eternamente gracias papá.
Me alegra que seas mi madre.
Me alegra que seas mi padre.
Es para mí lo más hermoso.

Tomo todo lo que me dieron
Hace tiempo que no vivimos juntos, pero tomo todo lo que me han brindado, lo ligero y lo pesado, tal como me lo han ofrecido.
Y sepan que vuestro amor no fue en vano, lo transmito.
Comenzando por mi amada pareja y por mis hijos.

Porque Dios se manifestó a través vuestro
Dios se ha manifestado primeramente en mi vida, a través de ustedes, mis queridos padres. Gracias por la vida, por parirme, y por todo lo que recibí de ustedes.
Lo tomo todo con gratitud. Todo. Y así es que siento la fuerza de la vida impulsándome a su servicio; y transitando sus pruebas purificadoras.
También doy gracias a mis abuelos maternos y paternos, porque gracias a ellos los tuve a ustedes, mis padres.
Soy muy feliz. Dedicaré mi vida a sacar provecho de lo que me han dado.
Los amo, Vuestra hija.

Para reflexionar
La felicidad empieza muy temprano, empieza con la madre y se sigue manteniendo en la relación con ella.
El camino de la felicidad se interrumpe cuando perdemos el contacto con la madre, por supuesto también con el padre, en segundo lugar.
Bert Hellinger

Meditación
Cierra tus ojos.
Ahora, mira a tu madre y a tu padre tal como son, exactamente tal como son.
Te alegrarás de verles exactamente tal como son.
Y les dices “Sí”, tal como son y “Gracias” por todo.
Puede que algunas cosas fueran diferentes de lo que hubiéramos deseado.
Mira lo que ha sido difícil o doloroso, y le dices:
-“Sí, tomo en mi corazón todas esas cosas, tal como han pasado, y haré algo con ello. Esto me ha permitido crecer. Gracias mamá, gracias papá”.
Bert Hellinger

La espiritualidad nos ilumina el camino
Honra a tu padre y a tu madre.
Efesios 6, 2

Texto publicado en el libro “La Auténtica Felicidad”, de Maria Guadalupe Buttera y Dr. Roberto Federico Ré, Editorial San Pablo, 2010.