-Hola M. G. Te consulto porque tengo 3 hijos, ya son grandes, tienen 25, 23 y 22 años la menor, es una mujer. Los dos mayores son varones y resulta que se viven peleando, no sabemos qué hacer con mi esposo… qué me sugieres. Muchas gracias. Carolina

-Hola Carolina! vas a visualizar a tus tres hijos delante tuyo, y a tu esposo a tu lado. Vas a percibir qué sientes en tu lugar, y luego te vas a ubicar en el lugar de cada uno de tus hijos para saber qué se siente ahí, hacia dónde mira cada uno, qué necesita y cómo tu le puedes ayudar hoy.  Luego me cuentas, saludos!

-Hola M. G! hice el ejercicio, y pude ver que lo que les pasa es que nosotros dos, yo como madre y mi esposo como padre, estuvimos ausentes, porque nos dedicamos demasiado a nuestra empresa familiar y no nos queda mucho tiempo para compartir con ellos…. la verdad que fue así, pero no nos ha quedado otra…. porque debíamos ocuparnos de nuestra empresa…. los dos…. además lo hicimos y hacemos por ellos…. por su bienestar….

-Querida Carolina, ahora sabes lo que necesitan tus hijos, y porqué pelean así: pelean porque de esta manera logran que ustedes, sus padres, los miren y se ocupen de ellos.
No se trata de sentir culpa, pues como tu dices, a ustedes no les ha quedado otra y fueron lo mejor que pudieron ser. Como padres le han dado la vida que es lo más grande que damos. No obstante, estos hijos sufrieron una herida de abandono, no se sintieron reconocidos, mirados, valorados.
Demos lugar a todos estos sentimientos, abrimos nuestro corazón y damos lugar a todo… aceptando lo que fue, tal como fue, lo que es, tal como es…. es el destino de esta familia.
Pero la buena noticia es que ahora tu sí puedes hacer algo para sanar estas heridas!
Vas a visualizar a tus hijos delante tuyo como lo hiciste, de la misma manera, respetando el orden entre ellos, es decir, primero el mayor, luego el segundo y al final la menor.
Y a cada hijo lo vas a mirar, reconocer, le dices “lo siento…., ahora te veo…. eres mi 1° hijo…. te amo…. él es tu papá…. juntos ahora te vemos….” y te quedas ahí hasta que este hijo se sienta mirado, reconocido, valorado. Luego haces lo mismo con el 2° hijo, y al final con la 3° hija.
Y le dices a cada uno de tus hijos que ahora puede mirar hacia adelante, hacia la vida.

Te deseo lo mejor! adelante!