Una noche un anciano contó a su nieto una historia sobre una batalla que se desarrolla dentro de todas las personas:
–Hay una batalla entre dos lobos dentro de todos nosotros:
Uno es la ira, la culpa, el miedo, envidia, los celos, la tristeza, el arrepentimiento, la avaricia, arrogancia, el resentimiento, el sentimiento de inferioridad, las mentiras, el falso orgullo, la superioridad, todo esto que se siente denso viene del ego.
El otro es la alegría, la paz, el amor, la esperanza, la serenidad, la humildad, la bondad, la benevolencia, la empatía, la generosidad, la verdad, la compasión y la Fe. Toda esta paz y alegría viene nuestro verdadero Ser.
El nieto pensó durante un minuto y luego preguntó a su abuelo:
–¿Y cual es el lobo que gana?
El anciano simplemente respondió:
-Aquel al que alimentas.
La clave está en los pensamientos que acepto, alimento y mantengo en mi mente, es con estas informaciones que estoy construyendo mi vida día a día, segundo a segundo.
Nuestra mente necesita ser entrenada para poder discernir los pensamientos
Nuestra mente necesita ser entrenada para poder discernir los pensamientos, purificar nuestro campo de consciencia, y despertar la consciencia que estamos unidos al Amor del Creador. Ya sabemos que la ira, el miedo y la culpa tienen su origen en la falsa idea que nos separamos de Dios. En verdad esto nunca ocurrió y la idea falsa de un dios castigados es la ilusión del ego sobre el cual estuvimos engañados tanto tiempo los humanos. No existe ese dios castigador, solo existe el Dios que es AMOR Eterno, Infinito, Incondicional.
La mente necesita ser entrenada, pues se activa de manera automática esta creencia inconsciente de separación; desde donde surge el miedo, la culpa, la ira, etc.
La falsa creencia de la separación, origen de todas esas emociones perturbadoras, nos lleva a la enfermedad y a la muerte. Ahora ya tenemos las comprensiones para salir de ese hechizo que nos atrapaba. ¿Cómo? Entrenando nuestra mente a partir de la auto observación consciente; pues es una manera clara de activar el recuerdo de la Verdad y volver al Amor que somos, Uno con nuestro Creador.
El pensamiento crea nuestra experiencia
“Maestro, ¿por qué importa controlar los pensamientos?
Porque somos una fábrica de consecuencias.
Producimos lo que pensamos” Buda.
Hoy sabemos que el pensamiento crea nuestra experiencia, de ahí la importancia de estar muy atentos y aprender a dirigirlo hacia la Luz, hacia la Verdad. ¿Qué es la Verdad? Todo aquello que crea armonía en nuestra vida. Ya es tiempo de volvernos adultos y crear con y como nuestro Creador: extendiendo la Luz divina de nuestro Ser.
La benevolencia es una protección para todo lo que hacemos.
¡Controla la benevolencia de tu pensamiento y haz lo que quieras! Jean Pierre Garnier
En este libro online gratuito “Elijo la Paz”, encuentras una guía que puede facilitarte el camino:
Y en todo el contenido de esta web comparto textos, videos, audios, todo lo que yo misma hago para entrenar la mente loca y activa el recuerdo del Amor de Dios en nosotros. Recuerda que ahora nos referimos a Dios como el Dios amoroso y uno con su Hijo; ya no al dios castigador del ego que nos mantuvo en la mentira, locura y muerte. ¡Dejemos atrás esa falsa idea loca! y recordemos que todo parte de nuestro interior:
Nada externo a ti puede hacerte temer o amar porque no hay nada externo a ti. Cap 10, 1:1 UCDM
A partir del recuerdo que: Soy tal como Dios me creó. UCDM
Entrenemos juntos nuestra mente
Entrenemos juntos nuestra mente, pues están unidas! no se trata de una mente personal, tu no eres esos pensamientos locos de muerte!
Observamos esos pensamientos, los llevamos delante nuestro a una esfera de luz, la Luz de nuestra Alma unida al Creador (nuestro Ser), para que sean purificados.
Me perdono porque me distraigo con estos pensamientos.
Me perdono porque me creo estos pensamientos falsos de separación.
Me perdono porque no lo sé hacer mejor.
Me perdono porque no sé amar.
Por favor Espíritu Santo sana mi mente de estos pensamientos de separación, culpa y miedo.
Por favor Espíritu Santo sana mi mente a través del recuerdo de quien soy: Uno con el Amor de Dios.
Entrego mi mente a la Mente de Dios para que sea inspirada de pensamientos amorosos:
Hoy le doy mi vida a Dios para que Él la guíe (Lección 233, UCDM):
Padre, hoy te entrego todos mis pensamientos. No quiero quedarme con ninguno. En su lugar, dame los Tuyos. Te entrego asimismo todos mis actos, de manera que pueda hacer Tu Voluntad en lugar de ir en pos de metas inalcanzables y perder el tiempo en vanas imaginaciones. Hoy vengo a Ti. Me haré a un lado y simplemente Te seguiré. Sé Tú el Guía y yo el seguidor que no duda de la sabiduría de lo Infinito ni del Amor cuya ternura no puedo comprender, pero que es, sin embargo, el perfecto regalo que me haces.
Hoy nos dirige un solo Guía. Y mientras caminamos juntos, Le entregamos este día sin reserva alguna. Éste es Su día. Y por eso es un día de incontables dones y de infinitas mercedes para nosotros.
Llevamos la oscuridad a la Luz🌞
Llevamos la oscuridad a la Luz y asi se disipa esa campo de información del sistema del ego, que compartimos todos.
Al hacer esta labor estamos aportando a que el inconsciente colectivo se limpie, purifique, y la Luz de la Verdad reine en nuestro corazón!
Adelante! a servir canalizando LUZ! llevando los pensamientos locos a la Luz donde son transformados.
Gracias Gracias Gracias por ser parte del regreso a casa, al amor del Creador.
Labor personal
Además de entrenar la mente en nuestra vida cotidiana, también podemos usar la secuencia numérica del científico clarividente Grigori Grabovoi para transformar lo negativo en positivo: 1888948, se expresa número por número, en decenas o centenas; o mentalmente podemos decirlos = uno, ocho, ocho, ocho, nueve, cuatro, ocho. También se usa escribiéndola y teniéndola a vista, o visualizando la secuencia en una esfera plateada delante nuestro:
Esta secuencia numérica que nos brinda G. Grabovoi, es muy útil cuando nos observamos que estamos atrapados en pensamientos negativos, rumiando mentalmente sobre algo o alguien. Nos damos cuenta de la situación y elegimos transformarla repitiendo la secuencia número por número, las veces que sea necesario: uno, ocho, ocho, ocho, nueve, cuatro, ocho = 1888948
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