Es un pensamiento que refuerza la idea de separación de nuestros hermanos.

Observamos también, la idea de preferir algo sobre otra cosa, que es una manera de vivir en el pasado, de negar el instante presente.
El presente es lo único que hay y lo aceptamos como es, sin juzgarlo como desprovisto de algo que prefiriéramos que sea.
Mirar, observar, sin juzgar ni sentirlo como algo personal, nos permite ampliar la consciencia y descubrir cómo creamos nuestras experiencias a partir de un deseo, el cual es inconsciente; pero ahora ya tenemos las compresiones que nos permiten discernir, volverlo consciente y no quedar a merced de ello.

Son únicamente tus pensamientos los que te causan dolor. Nada externo a tu mente puede herirte o hacerte daño en modo alguno. No hay causa más allá de ti mismo que pueda abatirse sobre ti y oprimirte. Nadie, excepto tú mismo, puede afectarte. No hay nada en el mundo capaz de hacerte enfermar, de entristecerte o de debilitarte. Eres tú el que tiene el poder de dominar todas las cosas que ves reconociendo simplemente lo que eres. Conforme percibas su inocuidad, ellas aceptarán como suya tu santa voluntad. Y lo que antes inspiraba miedo se convierte ahora en una fuente de inocencia y santidad. Lección 190, 5 UCDM