Liberarse… todas aquellas cosas que aceptamos por buscar reconocimiento, aceptación, más preocupados por satisfacer las expectativas de los otros que nuestras necesidades reales más profundas, callando, aparentando que todo está bien mientras cargamos la procesión por dentro, es hora de transformarlas a través de la verdad.

El proceso de liberación nos llevará a hablar, a dar un paso más en la comunicación, expresar nuestras necesidades y lo que nos produce dolor, para lograr un orden mayor, encontrando formas más amorosas y respetuosas de relacionarnos con nosotros mismos y nuestro entorno, partiendo de nuestra verdad más profunda: Cada uno de nosotros es un milagro de Dios, querido por Él, conocido personalmente por Él.

¡Es hora de liberarse! y disfrutar de nuestra armonía interior fruto del rescate de nuestro ser…