Sabiduría ancestral de los toltecas

Sabiduría ancestral de los toltecas

En su libro “Los Cuatro Acuerdos”, el Don Miguel Ruiz; nos enseña la sabiduría ancestral de los toltecas; un pueblo de cultura milenaria del centro de México, comparables a los Aztecas, aunque menos numerosos y también menos conocidos. Eran considerados “hombres y mujeres de conocimiento”.

Él describe el conocimiento tolteca como una manera de vivir que se distingue por su fácil acceso a la felicidad y el amor.

EL PRIMER ACUERDO:

SOY IMPECABLE CON MIS PALABRAS
Las palabras son una herramienta muy poderosa.
Pero son como una espada de doble filo: Pueden construir el sueño más bello o destruir todo lo que te rodea.

Uno de los filos es el uso erróneo de las palabras, que crean un infierno en vida.
El otro es la impecabilidad de las palabras, qué sólo engendrará belleza, amor…
Según cómo las utilices, las palabras te liberarán o te esclavizarán aún más de lo que te imaginas.

SEGUNDO ACUERDO

NO TOMO NADA PERSONALMENTE
Cuando estamos atrapados en nuestra mente y consideramos que todo gira a nuestro alrededor, cualquier cosa que se diga lo tomamos personalmente.
Suceda lo que suceda a tu alrededor, no te lo tomes personalmente.
Creemos que somos responsables de todo. ¡Yo, yo, yo y siempre yo!
Todos vivimos en nuestra propia mente; los demás están en un mundo distinto de aquel en que vive cada uno de nosotros.
Cuando nos tomamos personalmente lo que alguien nos dice, suponemos que sabe lo que hay en nuestro mundo interno.
Incluso cuando una situación parece muy personal, por ejemplo, cuando alguien te insulta directamente, eso no tiene que ver con vos muchas veces.
Lo que esa persona dice, lo que hace y las opiniones que expresa responden a los acuerdos que ha establecido en su propia mente. Por ejemplo si vos sos tranquilo, paciente y para él eso no es valorado, puede que te “etiquete” como un “flemático”.
Y la verdad es que se refiere a sus propios sentimientos, creencias y opiniones respecto a esa manera de ser.
Si esa persona lo dice despectivamente y si vos lo tomas personalmente, lo internalizás y se convierte en tuyo; te lo creés.
Hay gente que te atrapa fácil con una simple opinión, después te alimentan con el veneno que quieren, y como te lo tomas personalmente, te lo tragas sin darte cuenta.
Hay que estar muy despiertos porque si no, te comes toda su basura emocional y la convertis en tu propia basura.
Pero si no te lo tomas personalmente, serás inmune a todo veneno que te encuentres.
Esa inmunidad es un don de este acuerdo.
Cuando te tomas las cosas personalmente, te sentis ofendido y reaccionas defendiendo tus creencias y creando conflictos. Haces una montaña de un grano de arena porque sientes la necesidad de tener la razón y de que los demás estén equivocados. También te esfuerzas en demostrarles que tienen la razón dando tus propias opiniones.
Lo que dices, lo que haces y las opiniones que tienes se basan en los acuerdos que vos has establecido, y no tienen nada que ver conmigo.
Pienses lo que pienses, sientas lo que sientas, sé que se trata de tu problema y no del mío.
Es tu manera de ver el mundo. Te refieres a ti mismo y no a mí.

EL TERCER ACUERDO

NO HAGO SUPOSICIONES
El tercer acuerdo consiste en no hacer suposiciones.
Tendemos a hacer suposiciones sobre todo.
El problema es que, al hacerlo, creemos que lo que suponemos es cierto.
Hacemos suposiciones sobre lo que los demás hacen o piensan, nos lo tomamos personalmente y después, los culpamos y reaccionamos enviando veneno emocional con nuestras palabras.
Todas las tristezas y los dramas que has experimentado tienen sus raíces en las suposiciones que hiciste y en las cosas que te tomaste personalmente.
Toda cuestión del dominio entre los seres humanos gira alrededor de suposiciones.
Producimos mucho veneno emocional haciendo suposiciones y tomándonoslas personalmente, porque por lo general empezamos a chismocear a partir de nuestras suposiciones.
Recuerda que chismocear es nuestra forma de comunicarnos y enviarnos veneno los unos a los otros.

CUARTO ACUERDO

HAGO SIEMPRE LO MÁXIMO QUE PUEDO
Sólo hay un acuerdo más, pero es el que permite que los otros tres se conviertan en hábitos profundamente arraigados. El Cuarto Acuerdo se refiere a la realización de los tres primeros: Haz siempre lo máximo que puedas.
BAJO CUALQUIER CIRCUNSTANCIA, HAGO SIEMPRE LO MÁXIMO QUE PUEDO, NI MÁS NI MENOS.
Pero piensa que eso va a variar de un momento a otro. Todas las cosas están vivas y cambian continuamente, de modo que, en ocasiones, lo máximo que podrás hacer tendrá una gran calidad y en otras no será tan bueno. Cuando te despiertas renovado y lleno de vigor por la mañana tu rendimiento es mejor que por la noche cuando estás agotado. Lo máximo que puedas hacer será distinto cuando estés sano que cuando estés enfermo.

Los Cuatro Acuerdos son un resumen de la maestría de la transformación, una de las maestrías de los toltecas.

TRANSFORMAS EL INFIERNO EN CIELO.
El conocimiento está ahí; sólo espera a que nosotros lo utilicemos.
Los Cuatro Acuerdos están ahí; sólo tenemos que adoptarlos y respetar su significado y su poder.

Establece hoy este acuerdo: «Elijo respetar los Cuatro Acuerdos»
 
Bibliografía: Libro “Los Cuatro Acuerdos”, del Dr. Miguel Ruiz.

Más información en este link:
http://despertarycrecer.blogspot.com.ar/2014/07/los-cuatro-acuerdos.html

María Guadalupe Buttera G.

PorMaría Guadalupe Buttera G.

Nací en Santa Fe, Argentina, el 17 de abril de 1966. Me desempeño como Escritora y Comunicadora sobre Desarrollo Personal y Espiritual, facilitando procesos de transformación interior. Op. en Psicología Social. Counselor.

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Anónimo
Anónimo
31 mayo, 2011 4:03 pm

excelente! muchas gracias! estuve leyendo mucho a castañeda, lo recomiendo, también habla sobre la cultura tolteca

Fernanda
28 abril, 2010 5:05 pm

Querida María: Otra y mil veces más, GRACIAS por tanta sabiduría con asombrosa simpleza! Esto que nos brindás, como el post anterior de Sai Baba, me sive muchísimo en mis relaciones, y es algo que si realmente lo internalizamos, si logramos tomar esa distancia que nos es tan necesaria para preservarnos del veneno del mundo y vivir en conexión con nuestra fuente divina y en paz con nosotros mismos y con lo mucho de bueno que hay en nuestro entorno, nos hace realmene "iluminados". Esto no significa que seamos seres superiores,sino que justamente como dicen los toltecas, transformamos el infierno en cielo, por eso nos iluminamos: nos convertimos en aquello que pregonamos en nuestro bautismo cristiano,hacemos brillar la luz de Cristo.
Cariños desde Buenos Aires,
Fer.

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