El “odio” es “amor decepcionado”: ¡ya es tiempo de sanar!
Sanar lo no resuelto de nuestra historia
Buscas un lugar donde puedas estar solo/a, tranquilo/a, te relajas. Respiras conscientemente, te conectas con tu interior e invocas el Espíritu de Dios.
Te ubicas en el momento presente de tu vida, mirando hacia adelante, muy centrado/a, sintiendo y percibiendo las sensaciones de todo tu cuerpo.
Luego das muy lentamente unos pasos hacia atrás, y sigues conectado con lo que sientes en tu cuerpo. Si en algún momento te sientes mal, o sin fuerzas, quédate ahí y permítete sentir profundamente lo que surja, mientras respiras conscientemente e invocas al Espíritu de Dios que te dé la fuerza necesaria para sanar ese dolor que quedó pendiente en tu vida. Quizás aparezcan algunas imágenes, recuerdos, ganas de llorar, o no.
Permaneces en ese lugar, sintiendo profundamente, respirando conscientemente y orando con mucha devoción, respeto y humildad hasta que sientas que te tranquilizas. Pides a Dios que te envíe la comprensión que necesitas para liberarte.
“Por favor Dios ayudame con mi intención de liberarme completamente y conectar con el amor”
Cuando te sientas liberado, puedes dar pasos hacia adelante como regresando al momento presente de tu vida. Si lo consideras necesario, o que algo en tu vida quedó pendiente de ser mirado y elaborado, puedes realizar el ejercicio nuevamente dejando pasar unos días.