Si hubo un trauma interior que no ha sido resuelto…
Se repiten situaciones similares en nuestras vidas…
Si hubo un trauma interior que no ha sido resuelto, luego, se repiten situaciones similares en nuestras vidas…
Entonces, reaccionamos en relación a ese trauma que no ha sido elaborado aún y no tanto al momento presente. En otras palabras, sería una memoria del pasado que se actualiza en el “aqui y ahora”.
El gran desafío es animarse a navegar mar adentro, re-encontrarse con el dolor provocado por esa experiencia frustrante, permitirse sentir ese dolor, llorarlo, gritarlo… hasta aceptarlo como parte del propio destino… y así… ¡nos liberamos de nuestro pasado!
En cambio, si nos quedamos en el estado de “victima”: “pobre de mí que me toca vivir esto…”, no solo sufrimos inútilmente, sino que también desperdiciamos la oportunidad de crecer, de evolucionar, que la misma Vida nos presenta.
Para reflexionar:
Si pensamos que todo lo que ocurre en nuestra vida es para nuestra evolución personal, somos conscientes que habrá momentos para disfrutar y otros momentos donde aparecerán desafíos vitales, y habrá que conectarse con nuestro interior para re-conocer qué es lo que debemos aprender para superar esas dificultades; y así, seguir evolucionando…
Cuando hacemos un profundo trabajo interior para conocernos a nosotros mismos, adquirimos “maestría” sobre nosotros; es decir: libertad, poder, alegría, etc.
Atados al pasado se nos escapa el poder de vivir en el momento presente.