Siento un gran rechazo hacia mi padre…
Tengo 26 años, estoy en pareja, tengo un niño pequeño, hace un tiempo hice terapia y pude ver que el enojo que sentía con mi pareja venía de antes, que no era con él, sino que con quien estoy verdaderamente enojada es con mi padre. Resulta que mi padre me molesta, llega a mi casa en horario de cenar, me llama casi a diario para comentar todos sus problemas, como un niño… parecería que no me ve como una hija sino como su madre… esto me enoja mucho… no lo quisiera ver más… estoy harta de sus quejas, de su victimismo… basta! si algo no funciona, probá algo diferente! le digo yo, y él sigue con su queja y posición de víctima… ya no quiero más escucharlo y aguantar que invada mi casa con su mala energía… se vive quejando por todo, nada le viene bien… me hace daño verlo… y me pasa que no sé cómo manejar todo esto… por eso estoy aqui… esto es lo que me trae a consultarte…
Trabajamos con esta joven, y pudimos ver que estaba tomando el enojo de su madre con su padre, enojo que su madre no se hacía cargo.
Su madre se había separado de su padre hacía 14 años, y ella era testigo del maltrato de su padre hacia ella, de la actitud pasiva de su madre frente a esto, lo cual también le provocaba enojo e ira. No soportaba ver que su madre no se defendiera de la actitud hostil que ejercía su padre hacia ella.
Esta joven pudo correrse de ese lugar, visualizar a sus padres delante de si, y expresarles:
-“Los asuntos entre ustedes los dejo con ustedes… yo solo soy la hija… tomo la vida que me dieron y haré algo bueno con esta vida… gracias… si…”
Luego dialogó con su madre y ella pudo darse cuenta de todo este enredo familiar… su madre lo toma, se hace cargo de su emoción, y cuando comienza a trabajarse, a reconcerse, hacer proceso de sanación interior, puede ver que reprimía su agresividad, que no sabía gestionarla, pues de niña su padre era violento con su madre y ella sentía mucho miedo por ello (historia que ella misma repite).
Bloqueó y reprimió su agresividad, y asi aparecían personas (como el padre de su hija), que abusaban emocionalmente de ella.
Pudo expresar su enojo hasta poder decir a su ex pareja y padre de su hija:
– “yo te elegi… Asumo las consecuencias… Dejo contigo tu parte de responsabilidad y yo me hago cargo de la mia… ahora te dejo en paz…”
Esta mujer sintió la necesidad de dialogar con su padre sobre su historia cuando era niño, y pudo conectar con el dolor profundo que había en él… indagando un poco más percibió tambien, el dolor de su abuelo (paterno) manifestado en violencia hacia sus hijos, y hacia su mujer (abuela de ella, mádre de su padre). Este hombre emigró de su país natal con el deseo de regresar un día a su tierra, y nunca logró volver, lo cual fue para él un gran dolor que solo pudo tapar con alcohol, y que se manifestaba con agresividad y violencia hacia su mujer y sus hijos.
Poner luz sobre estas cuestiones del árbol genealógico resulta muy liberador. Un desafío para todos nosotros hoy.
Con esta mujer hicimos un ejercicio con su agresividad, y ella logró reconectar desde un nuevo lugar, con su agresividad, un lugar más lúcido, más maduro, que por cierto, liberó tambien de tanto enojo que sentía su hija.
Ejercicio: Busco un lugar donde pueda estar tranquilo/a, centrado/a, y visualizo en frente a mi agresividad. En un lugar estoy yo y en frente mi agresividad (puedo representarla con un almohadón o un papel).
Durante un minuto me pongo en el lugar de la agresividad, espero a ver qué se siente, percibo mi cuerpo, me permito hacer los movimientos que sienta en mi cuerpo.
Vuelvo a ponerme en mi lugar, y si siento que es necesario, vuelvo a ponerme en el otro lugar más tiempo.
Luego, desde mi lugar, digo a la agresividad: “veo el dolor que está detrás de ti”; y me dejo llevar por el movimiento que vaya surgiendo.
Si he logrado abrazar mi agresividad, disfruto de la fuerza vital que surge de allí. Si aún no pude unirme a ella, dejo pasar unos días y retomo el ejercicio hasta poder tomarla como parte de mí.
Desde el Amor, comparto el libro “Elijo la Paz”, disponible gratuitamente en formato PDF, en el sig. link:
observa que así estás tu misma perdiendo tu vida al ocuparte de vengar lo ocurrido entre tus padres… inmiscuirnos en los asuntos de los padres tiene un costo y no es nuestro lugar de hijos.
Nuestro lugar es tomar la vida y seguir haciendo nuestro propio camino. Si deseas puedes escuchar audios y ejercicios del Camino de Liberación. Cariños!
Igual que el caso anterior mucho tiempo me mantuve con una molestia con mi madre por haber permitido tanto maltrato, ya falleció, ahora tengo a mi padre, pero siento que me molesta, siempre en todo está presente mi madre, quiero cobrarle todo lo que le hizo a ella porque era débil, así como ahora él lo es a lado mío, me cae mal su imagen desvalida, ahora sí el hombre grosero prepotente golpeador ofensivo, donde quedó?
Genial, me encantó el articulo. Gracias