Todo en nuestra vida es transitorio

Todo en nuestra vida es transitorio


Es tiempo de salir del paradigma:
“esto es bueno, esto es malo” 



El Viejo Sabio
Hay una historia acerca de un viejo sabio que tenía un caballo y un hijo. Todos sus vecinos le tenían lástima y siempre le decían: “Qué triste que todo lo que tienes es un hijo y un caballo“.

El viejo sabio siempre respondía con las siguientes palabras:

“¿Qué es bueno, qué es malo, quién sabe?”

Un día, el caballo se escapó. Todos los vecinos se le acercaron con mucha compasión, diciendo: “¡Es terrible, tu único caballo se escapó y ahora solamente tienes a tu hijo. Es terrible!”.

Como siempre, el viejo encogió sus hombros y dijo:

“¿Qué es bueno, qué es malo, quién sabe?”.

Pasó una semana y el caballo regresó, y con él venían doce hermosos caballos salvajes. Los vecinos estaban muy emocionados y corrieron hacia el viejo proclamando su buena fortuna: “Es tan maravilloso, ahora tienes
muchas posesiones“.

El viejo sabio respondió una vez más encogiendo sus hombros con las acostumbradas palabras:

“¿Qué es bueno, qué es malo, quién sabe?”.

El viejo sabio le dijo a su hijo que comenzara a entrenar a los caballos salvajes para que pudieran serles útiles.

Un día, el hijo estaba montando un caballo particularmente salvaje, se cayó y se rompió ambas piernas.

Cuando los vecinos supieron, llenos de lástima le decían: “Qué cosa tan horrible lo que le pasó a tu único hijo“.

El viejo sabio nuevamente se encogió de hombros y dijo:

“¿Qué es bueno, qué es malo, quién sabe?”.

Poco tiempo después, llegaron unos jinetes desde una villa cercana buscando a todos los hombres físicamente capaces para ir a la guerra y para ayudarles a proteger su villa de las bandas de ladrones que merodeaban por allí. Así fue como todos los jóvenes de las villas cercanas fueron a ayudar a la guerra excepto el hijo del viejo sabio, quien tuvo que quedarse en casa porque sus dos piernas rotas aun no habían sanado. Todos los jóvenes que fueron a la guerra murieron pero el hijo del viejo sabio vivió muchos años.

Entonces, cuando parezca que tu mundo se está derrumbando a tu alrededor y no puedes encontrarle ningún sentido a lo que te está pasando, siempre recuerda que no conoces la película completa y recuerda también las palabras del viejo sabio:

“¿Qué es bueno, qué es malo, quién sabe?”

No debemos ser esclavos de lo que otros piensen de nosotros.

Las corrientes de la vida pueden ser lentas, pero nos guían hacia la Luz.
“tu fe te ha salvado”
Lc 17, 19
María Guadalupe Buttera G.

PorMaría Guadalupe Buttera G.

Nací en Santa Fe, Argentina, el 17 de abril de 1966. Me desempeño como Escritora y Comunicadora sobre Desarrollo Personal y Espiritual, facilitando procesos de transformación interior. Op. en Psicología Social. Counselor.

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Fernanda
8 enero, 2011 5:23 pm

Por estos días, después de asimilar el duro golpe de que mi esposo quedara desempleado justo al concluir el año, pienso como este viejo sabio, aunque me encuentro lejos de la verdadera sabiduría. Este relato me reafirma en la esperanza: ¡gracias María!
Cariños de Fer.

Salva
8 enero, 2011 12:21 pm

Alecionadora historia esta que cuentas.
La habia oido, pero haciendo referencia a la "buena y mala suerte",
No imaginamos cuales son los planes que Dios tiene para nuestro crecimiento y aprendizaje, pero todo lo que ocurre en nuestras vidas es lo mejor que nos podía pasar en ese momento, aunque no lo lo comprendamos.
"Todo lo que es no admite lucha"
"La lucha y la disconformidad, está en contra de la vida misma"
Un fuerte abrazo y gracias por este genial blog.

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