Todos somos parte de la raza humana
Implicados en un único proceso de evolución
El ser humano atraviesa una experiencia común a todos los de su especie, pero especial como una vivencia individual.
El ser humano nace lleno de potencialidades, frágil y necesitado
El ser humano nace lleno de potencialidades, frágil y necesitado.
Y para sobrevivir, necesita la atención de su familia.
Sus potencialidades podrán madurar o frustrarse, según cómo sean las condiciones del hogar que lo acobija; o bien sobrevivir si encuentra alternativas resilientes .
Crece con el amor y cuidado de su familia
Luego, a medida que crece, crece también su círculo de vínculos.
Se socializa, comienza a relacionarse en otros medios, con otros adultos o pares, y así, amplia su entorno, aprende, conoce, se reconoce a sí mismo, se desarrolla, crece y madura.
Construye su identidad
Así, se va construyendo su identidad personal, adopta ciertos modelos que le resultaron significativos, los enriquece con su impronta personal y con sus propias experiencias personales.
Sigue creciendo, participa y se compromete en ciertos ámbitos sociales.
Acumula experiencias
Acumula experiencias, madura, crece y algunos perciben la necesidad de trascender, aportando a otros lo aprendido, lo obtenido y enriquecido a las nuevas generaciones, que a su vez, renuevan los procesos y dan continuidad a la especie humana.
Al ritmo que la vida misma le impone
Cada uno desde su propio lugar y al ritmo que la vida misma le impone, nos vinculamos, nos nutrimos, nos cohesionamos, nos construimos y nos transformamos los seres humanos.
Así hemos llegado hasta aquí.
De igual manera la humanidad crece y evoluciona
Apoyados por los nuevos conocimientos científicos y por una conciencia de ser uno como humanidad, de crecer unidos de generación en generación, experiencia tras experiencia, comienza a manifestarse como un impulso a profundizar nuestros vínculos, unirse, fecundarse, fortaleciéndose así, el tronco original del gran árbol de la vida.
Y los adultos somos responsables de transmitir nuestros conocimientos
Como humanidad, entramos en un nuevo círculo creciente en el que nos toca aprender a convivir, asumiendo que somos todos parte de la raza humana, y que todos estamos implicados en un único proceso de evolución.
A los generaciones más jóvenes
Los adultos somos responsables de transmitir a los generaciones más jóvenes nuestros conocimientos, con amor, generosidad, desapego y gratitud, sean o no nuestros hijos.
Pues de esta manera se vive y se transmite un sentido de responsabilidad sobre el patrimonio acumulado de la humanidad, y la responsabilidad de continuar cuidándolo y mejorándolo.
Para reflexionar
En la sociedad, todos los adultos somos responsables de la transmisión de nuestros aprendizajes a las nuevas generaciones.
Espiritualidad
El Amor es el hilo invisible que cohesiona todos los niveles de la realidad.
es la maravillosa experiencia de "dar" de aquello que hemos logrado x la propia experiencia… en este acto de "dar" uno toma conciencia de todo lo aprendido, logrado, transitado… y eso plenifica… seguimos en sintonía compartiendo vivencias… y sintiendo la compañia de otros en el camino… cariños! =)
Me siento cohesionada por un hilo invisible en un círculo creciente y transmitiendo experincias. Y nutrida por este fenómeno maravilloso, me hallo más fecunda, más plena y más agradecida.
¡Gracias María!
Un abrazo,
Fer.