TRABAJANDO NUESTRAS EMOCIONES

TRABAJANDO NUESTRAS EMOCIONES

Para crecer en armonía interior

 
Podemos aprender a vivir despiertos, atentos, y detectar cuándo una experiencia altera nuestro interior, generando estrategias para calmarnos y evitar daños en nuestra salud.


Imaginemos que estamos en un lugar sereno, disfrutando un hermoso paseo a caballo. Al rato vemos que el caballo ha comenzado a alterarse, y sin darnos cuenta, perdemos el control de nuestro cuerpo y de la situación. El caballo galopa sin control y comenzamos a sentir miedo.

¿Qué ha ocurrido? Comenzamos el paseo en paz y serenidad, luego el caballo se vio envuelto en una experiencia que le afectó y así despertó su enojo.

¿Qué podemos hacer para calmar el caballo? Susurrarle con nuestra voz, acariciarlo, hacerle parar, bajarnos, comprobar su estado físico, mirarle a los ojos y acariciarle su rostro, cambiar de dirección.

El caballo representa nuestra vida emocional. A veces nos sentimos tranquilos hasta que, de repente, nuestro diálogo interior nos lleva a pensar en una situación determinada y nuestro interior comienza a perturbarse, dejando así de disfrutar ese momento presente.

Cuando vamos perdiendo la conexión con nuestro centro, con nuestro ser interior, perdemos la paz y si no nos damos cuenta a tiempo de ello, el impacto lo siente nuestro cuerpo físico, con dolores, contracturas, cansancio, abatimiento y hasta enfermedades.

Podemos aprender a vivir despiertos, atentos, y detectar cuándo una experiencia altera nuestro interior, generando estrategias para calmar-nos y evitar daños en nuestra salud integral.

Viviendo despiertos, podemos disfrutar el paseo, sentir, observar, admirar el paisaje, en conexión consciente con nuestro “caballo”, con Nuestra Vida Emocional*. Y cuando percibimos que ha comenzado a alterarse por algo, hacemos algo para calmarlo y evitar que nos invada el nerviosismo o la inquietud excesiva.

Así es posible comenzar a tomar el timón de nuestras vidas y evitar que las emociones nos invadan y nos lleven a un lugar que no es saludable para nosotros.

Todos podemos aprender a trabajar con nuestras emociones (miedo, ira, vergüenza, etc.) para lograr mayor armonía en nuestra vida. Para ello tenemos que:

– CONOCER nuestras Emociones

Para poder modificar algo, primero hay que conocerlo. Para saber qué estamos sintiendo, es importante re-conocer cómo reaccionamos ante cada nuestras emociones:

• ¿Qué hago cuando estoy feliz/triste/enojado…?

• ¿Qué pienso cuando estoy feliz/triste/enojado…?

• ¿Qué me pasa cuando estoy feliz/triste/enojado…?

• ¿Qué siento en mi cuerpo cuando estoy feliz/triste/enojado…?

– COMPREDER cuál es el mensaje que nos traen estas emociones

Nuestras emociones funcionan a modo de brújula. Si aprendemos a escucharlas, sabremos qué nos dicen y porqué. Tanto las emociones que nos hacen sentir bien (amor, alegría, etc.) como las que nos hacen sentir mal (ira, vergüenza, miedo, etc.), nos dan información muy valiosa sobre cómo podemos actuar la próxima vez ante una situación determinada, nos dan información de aquellos actos que son beneficiosos para nosotros y aquellos que no.

En general, cuando nos sentimos mal suele ser porque no hemos actuado según nuestros principios, nos hemos dejado llevar por lo que otros quieren para nosotros, no hemos atendido nuestras necesidades o prioridades, o no hemos tomado la responsabilidad de nuestra propia vida.

Igualmente, cuando nos sentimos alegres es porque de alguna manera nos hemos ocupado de elegir comportamientos que nos acercan a nuestros objetivos personales de vida. Comprender esto, nos permitirá reproducir aquellas situaciones que nos benefician.

Para aprender qué nos están diciendo nuestras emociones podemos hacernos preguntas como:

• ¿Qué ha hecho que me sienta así?

• ¿Cómo me gustaría haber manejado esta situación?

Sentir es parte de nuestro día a día. Todos sentimos miedo, dolor, ira o vergüenza. Evitar emociones sólo empeora nuestra salud física y psicológica.

Podemos permitirnos vivir una emoción y después gestionarla de una forma beneficiosa para nosotros.

También es importante tomar contacto con nuestros recursos personales, para lo cual podemos preguntarnos:

• ¿Qué situaciones he vivido qué me han hecho más fuerte?

• ¿Cómo salí de aquella situación? ¿Qué estrategias utilicé?

• ¿Qué aprendí y cómo puedo usarlo ahora?

¡Adelante! ¡Te deseo lo mejor! Ü

ATRÉVETE a tomar el Reino de los Cielos, 
no es para mañana, ¡es en este momento!
María Guadalupe Buttera G.

PorMaría Guadalupe Buttera G.

Nací en Santa Fe, Argentina, el 17 de abril de 1966. Me desempeño como Escritora y Comunicadora sobre Desarrollo Personal y Espiritual, facilitando procesos de transformación interior. Op. en Psicología Social. Counselor.

Suscribirse a comentarios
Notificarme
guest
0 Comentarios
Comentarios en línea
Ver todos los comentarios
error: Este contenido está protegido