Para meditar
El odio viene del ego y su sistema de creencias erradas de separación del Creador.
¿Qué hago? Lo miro en mí, sin juzgar nada, lo miro con Jesús y se lo entrego para que me de la percepción correcta.
Así lo vamos trascendiendo sin quedar esclavos de la dualidad del ego.
Esto requiere perseverancia de nuestra parte y voluntad de ver y vernos.
El odio viene del ego y su sistema de creencias erradas de separación del Creador.
¿Qué hago? Lo miro en mí, sin juzgar nada, lo miro con Jesús y se lo entrego para que me de la percepción correcta.
Así lo vamos trascendiendo sin quedar esclavos de la dualidad del ego.
Esto requiere perseverancia de nuestra parte y voluntad de ver y vernos.
En nuestros vínculos “especiales”, tenemos la oportunidad de sanarnos a través del recuerdo de nuestro verdadero Ser: “Somos un solo Ser unidos al Creador” Ucdm
La ilusión del ego desde donde sentimos odio, miedo y culpa, es la gran mentira desde donde venimos atrapados los humanos, pero hoy ya tenemos las comprensiones necesarias para trascender la ilusión y regresar a la Verdad: la Unidad con nuestro Creador.
Puedes recorrer las reflexiones del sig. link donde comparto reflexiones desde la perspectiva de unidad que nos ofrece UCDM:
https://despertarycrecer.com/ucdm/
https://despertarycrecer.com/ucdm/

“NO HAY NADA EXTERNO A TI. Esto es lo que finalmente tienes que aprender, pues es el reconocimiento de que el Reino de los Cielos te ha sido restaurado.Pues eso fue lo único que Dios creó, y Él no lo abandonó ni se separó a Sí Mismo de él.El Reino de los Cielos es la morada del Hijo de Dios, quien no abandonó a su Padre ni mora separado de Él.El Cielo no es un lugar ni tampoco una condición.Es simplemente la consciencia de la perfecta unicidad y el conocimiento de que no hay nada más: nada fuera de esta unicidad, ni nada adentro”UCDM T-18.VI.1
Promesa Ancestral:“Esto fue lo que Su Padre le dijo al crearlo:“Te amaré eternamente, como tú a Mí.Sé tan perfecto como Yo, pues nunca podrás estar separado de Mí”.Su Hijo no recuerda que le contestó:“Sí, Padre”, si bien nació como resultado de esa promesa.” UCDM T-28.VI.6:4-6
“Yo y el Padre somos uno” Jn 10, 30