Práctica de Gestión por V. Konev
V. Konev, Práctica de Salvación Global 22.09.2025
Vamos a observar nuestro cuerpo, puede ser que vengan otros pensamientos, vamos a dejarlos pasar y nos mantenemos centrados en la observación de nuestro cuerpo. Suavemente, de una manera correcta, con amor, amando el cuerpo y amando la acción de la observación como tal. Vamos a sentir el amor que viene desde nuestro cuerpo hacia nosotros.
O sea, vamos a convertirnos en un campo único de unidad entre nosotros y nuestra estructura de la personalidad donde el amor se mueve entre nosotros. Vamos a observar nuestra respiración, vamos a sentirla. Vamos a observar las corrientes energéticas que nos rodean y que son nuestras.
Vamos a tocar desde fuera el área donde se concentran nuestras emociones. Vamos a entrar con nuestra percepción en el espacio de nuestro pensamiento, ese estado donde sentimos libertad, independencia, ligereza y donde no nos puede tocar nada externo.
Vamos a observar el carácter infinito de ese espacio. Y vamos a pasar ahora a la percepción de nuestro cuerpo nuevamente. Vamos a confirmar que estamos actuando con plena consciencia.
Y vamos a profundizar en nuestra alma cuando nuestra alma dirige su atención hacia los procesos que se realizan dentro de ella. Y, por supuesto, nuestra alma percibe cada acción que realiza como acción correcta y lo mismo ocurre con las acciones de Dios, que también son acciones, son percibidas como acciones correctas y nuestra alma siempre sostiene las acciones correctas, participa en ellas, se incorpora en ellas, con todas sus estructuras, donde también percibe nuestros sentimientos, nuestras emociones. En aquellos que tienen la posibilidad de percibir la acción del alma de Dios, en ese caso pueden comprender que tienen la tarea de estar orientados a cada instante en la misma dirección de las acciones del alma de Dios.
Y cuando tratamos de comprender cómo Dios hace sus acciones universales, esta comprensión y esta visión nos da la posibilidad de hacer las mismas acciones, es decir, de crear las mismas acciones en plenitud de todas las acciones universales, donde no solo se distribuirán en todos y en todas partes, sino también donde hay una acción correcta. Es decir, hay que tratar de tener una acción precisa en cada punto del mundo. Esto es lo que se llama la precisión de la acción.
Y ahora con nuestro espíritu queremos examinar, digamos, la estructura espiritual de Dios. Y si nosotros tenemos esta tarea, entonces ya nosotros estamos unidos al nivel del espíritu con el espíritu de Dios. Y entonces aquella acción que Dios realiza, o sea, aquella acción que realiza a partir de sí mismo y por su propia iniciativa, observa exactamente la acción que se realiza a la gente, es decir, exactamente cuando observas que esto se realiza a la gente y a ti mismo, es decir, a todos y a ti mismo al mismo tiempo.
Y puedes ver y percibir la igualdad y la proximidad de todas las personas con Dios. Y entonces partiendo de nuestra posición personal, o sea, de cómo nosotros percibimos, vamos a ver hasta dónde estamos cerca de Dios en la perspectiva personal. O sea, que desde su percepción entre Dios y nosotros no hay ningún tipo de límite.
O sea, que Dios percibe aquello que Él da y que está, digamos, ahora delante de nosotros. Esto es así porque en la estructura fundamental del mundo en cuanto a las acciones prevalece el principio de la similitud. Y esa similitud que ya nosotros hemos visto, hemos establecido.
Podemos percibir cualquiera de las señales que vienen de Dios, por ejemplo, la señal de nuestra propia recreación, que a cada instante Dios recrea el mundo y al recrear el mundo nos recrea a nosotros también. Y esa acción de recrearnos es macrocreadora absolutamente. Y esto es porque nosotros percibimos la señal que mandamos nosotros mismos sobre el mundo.
O puede tratarse también del impulso de Dios para la recreación, por ejemplo, de un árbol que tenemos delante de nuestra casa. Y vamos a ver si somos capaces de percibir esa señal específicamente. O sea que el árbol no solamente existe, sino que se está recreando.
Se está recreando a cada instante de su desarrollo junto con el mundo que se recrea también. Y si personalmente lo hemos percibido, o alguna otra persona en este mundo lo ha percibido, entonces vuestra tarea es verlo no solo como una señal enviada a un árbol, sino como una señal que existe como una acción de macrocreación con respecto al mundo. O sea que nosotros tenemos que percibir esa señal no solamente como una señal que va al árbol, sino como una señal a través de la cual Dios potencializa y estabiliza el mundo a través de esa acción.
Y entonces, aunque pueda parecer que Dios manda esa señal al árbol para recrearlo para sí mismo, en realidad esto llega a nosotros también porque se trata de un movimiento sobre la base del principio de la similitud. Vamos a ver, por ejemplo, cómo Dios recrea la Tierra. A ver si podemos captar esa señal también.
Sí, para nuestra percepción esto es una realidad. Esto es también macrocreación en el sentido que no solo se dirige a la Tierra, sino también a toda la galaxia, a todo el sistema solar, etc. Y si nosotros podemos percibir esa señal que viene de Dios, puede ser que sea un hombre muy cercano a nosotros.
Y en este nivel de cercanía, en su relación con ese hombre, y en su percepción de lo que hace Dios con respecto a él. Puedes ver cómo en este caso prácticamente tú desplazas esa macrocreación por todo el mundo, y en este caso, de todo el mundo, se da la ayuda a ese hombre y, por ejemplo, a ti, porque tú lo haces también. Y nosotros mismos también, porque nosotros también realizamos esta acción.
Puede ser que seamos capaces de captar, digamos, cómo crece la armonía dentro de nosotros. Y esta armonía es lo que Dios nos manda desde sí mismo. O sea, vamos a hacer esta señal como un mensaje de armonía de un nivel universal, dirigido a todos.
O sea, que toda esa tranquilidad y todo ese estado de organización que sentimos puede ser también distribuido al mundo. Y esto también es tu responsabilidad ante Dios, por hacer esa señal a los macrocreadores, que inicialmente también son macro-creadores. Y para que sea una tecnología constante.
Vamos a hacer este nivel muy simple. O sea, vamos a colocar una especie de filtro que nos indica que cualquier información que nos llega de cualquier nivel que sea bien perceptible o malamente perceptible, pues siempre contiene esa señal. O sea que esta señal nos indica que la señal de macro contenido va a todos. O sea que Dios a través de cualquier acción que nosotros percibimos, Él como que llena el mundo y todo lo que existe en este mundo con toda la plenitud del mundo.
O sea, este es el mundo, digamos, que nos llega a través de nuestra percepción. Podemos decir que nosotros somos como el mensaje de Dios de su carácter universal. O sea que nosotros estamos llevando este mundo divino a todo lo que existe gracias al hecho de que somos capaces de percibirlo.
Y entonces nosotros podemos comprender que el mundo, el universo existe y siempre existirá. Y nosotros como una de las bases de este mundo, de un mundo así, pues también estaremos siempre, eternamente. Vamos a observar esto durante unos segundos con la velocidad que consideremos necesario.
Puede ser también que incluyamos la sanación de alguna enfermedad. O sea, combinando, digamos, la tarea personal y la acción universal. Y simplemente vamos a percibir aquella señal que viene de Dios hacia aquella área que Él está sanando.
O sea, que estamos como actuando junto con Dios porque nuestra salud es la tarea de Dios, pero a través de nuestra propia acción. Y cuando nosotros percibimos esa señal a través del macro contenido podemos poner fin a esa enfermedad dentro de nosotros. Como siempre, se puede continuar la gestión una vez terminada la clase, digamos.
Pero nosotros pues vamos a terminar aquí. Muchas gracias por la atención, por la participación en el trabajo y el deseo de comprender y de participar.
1ª Parte de la Conferencia de V. Konev:
La acción divina a nivel universal y la acción del hombre, V. Konev