¿Creo que Dios lleva un registro de mis errores y por ello me castigaría?
Meditemos y escuchemos la respuesta de nuestro Guía interior.
Si…
Está muy arraigado en el inconsciente esta falsa idea de que seremos castigados por Dios.
Detrás de esta creencia surge el deseo de mantener la separación de Dios, surge el deseo de atacar.
Y observamos que el ataque inconsciente solemos hacerlo con nosotros mismos, a través, por ejemplo de una enfermedad. Parecería que el conflicto comienza en un vínculo, y por este deseo de atacar, nos atacamos nosotros mismos a través de una enfermedad.
¿Deseo atacarme a mi mismo/a a través de una enfermedad?
Si…
Pedimos a nuestro Guía, a Jesús, que nos muestre qué es lo que necesitamos ver para liberarnos.
Y Jesús nos mostró cómo deseamos negar el Amor que somos, deseamos matar a Dios, atacándonos nosotros mismos o a otros; por ejemplo, verbalmente cuando no tratamos amorosamente, esta es una muy sutil de ataque:
“qué tonta soy que me ha salido mal……….”
Así sea a nosotros mismos o a otros, observemos mensajes desvalorizadores, pues esconden el deseo de atacar. ¿A quien? detrás está el deseo de atacar a Dios, matar la Luz.
Profundizando con Jesús, surge la creencia que no somos dignos del Amor de Dios, que no somos suficiente. Y más profundo aún, sale el miedo al Amor.
Entregamos todas estas falsas creencias a la Luz, y pedimos el milagro del cambio de percepción, de la ilusión del ego a la luz divina del Ser que es uno con el Creador.
Gratitud infinita 🙏
Para meditar
Un Curso de Milagros. Capítulo 23 LA GUERRA CONTRA TI MISMO. I. Las creencias irreconciliables, 12:
Las ilusiones encuentran ilusiones; la verdad se encuentra a sí misma.
El encuentro de las ilusiones conduce a la guerra.
Mas la paz se extiende a sí misma al contemplarse a sí misma.
La guerra es la condición en la que el miedo nace, crece e intenta dominarlo todo.
La paz es el estado donde mora el amor y donde busca compartirse a sí mismo.
La paz y el conflicto son opuestos.
Allí donde uno mora, el otro no puede estar; donde uno de ellos va, el otro desaparece.
Así es como el recuerdo de Dios queda nublado en las mentes que se han convertido en el campo de batalla de las ilusiones.
Mas Su recuerdo brilla muy por encima de esta guerra insensata listo para ser recordado cuando te pongas de parte de la paz.