Desprendernos de todo aquello que nos ata…

Desprendernos de todo aquello que nos ata…

y asumir la responsabilidad sobre la propia Vida.

Desprendernos de todo aquello que nos ata a una vida demasiado materializada
y que cierra las puertas al Espíritu.

 

Este es un tiempo donde se respiran aires de CAMBIO. Especialmente, en lo referente a todo aquello que nos impide avanzar espiritualmente, lo cual debe ser extirpado de nuestras vidas, para que podamos seguir evolucionando.

Es un tiempo propicio para:

-Sacar los trapos sucios a la luz, para que podamos verdaderamente despojarnos de lo que ya no necesitamos.

-Despojarnos de estructuras que han dejado de tener sentido, ideales y creencias caducos, expectativas pasadas de moda, actitudes destructivas, dependencias emocionales y financieras… animarse a decir lo que normalmente nos causa dificultad transmitirlo, atreverse a preguntar y dar respuestas a temas que necesitan aclararse…

-Liberarnos, renovarnos, quitarnos cadenas auto-impuestas, que en un pasado nos sirvieron para dar estructura a nuestras vidas, pero que ahora sólo nos encadenan y nos paralizan.

-Despojarnos de cadenas emocionales que nos imponemos para sentir que no estamos solos, de nuestras obsesiones y nuestra necesidad de unión con el otro a costa, muchas veces, de nuestro proceso de individuación.

-Cuestionarnos: ¿Cómo encontrar el balance entre sentirnos unidos con el otro, sin perder la propia individualidad?…¿Cómo sentirnos únicos e irrepetibles sin sentirnos superiores a los otros?…¿Cómo vivir nuestra individualidad sin quedarnos solos?…¿Cómo lograr vivir independientemente aún ligados íntimamente a otro/s?…¿Cómo tener una unión espiritual y profunda con otro, sin depender emocionalmente?…

-Debatir con inteligencia para poder encontrar una posibilidad de acuerdo, sin quedar “devorados” por nuestras emociones…

En síntesis… un tiempo para salir de la trampa de querer llenar nuestro corazón de todo aquello que no puede dar sentido a nuestra vida: tecnología, Internet, viajes, trabajo desenfrenado para ganar más y más dinero, horas en el gimnasio para lucir el mejor cuerpo, etc. etc. ….

Nuestro corazón se sacia de los bienes verdaderos, como son el conocimiento y el amor a los Órdenes de la Vida, y sintiéndonos unidos a Dios, nuestro Creador.

Hay quienes sostienen que venimos a esta vida a “rectificar” algo, que todos estamos “llamados” a “hacer” algo. Estos son los momentos donde tenemos la oportunidad de ver con claridad qué es eso que “debemos” rectificar en nuestras vidas para poder continuar nuestro proceso evolutivo.

«El Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza (…). Sígueme» Mt 8,22
María Guadalupe Buttera G.

PorMaría Guadalupe Buttera G.

Nací en Santa Fe, Argentina, el 17 de abril de 1966. Me desempeño como Escritora y Comunicadora sobre Desarrollo Personal y Espiritual, facilitando procesos de transformación interior. Op. en Psicología Social. Counselor.

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