Hace dos semanas me enteré que me habían querido abortar…
Hola Maria G! quería contarte que estoy empezando otros cambios tan lindos que me cambian el sentido de mi mirada.
Tantas veces y tanto tiempo sufrí porque no me sentía querida, sentía que no le importaba a nadie, sentía que estaba sola de amor y tantas veces quise morir.
….aprendiendo a aceptar la realidad y abandonándome en el aceptar los tiempos, dejando que sea lo que tenga que ser en el futuro y en cada momento, me dedique a vivir el presente.
Y llegue a otro tipo de deseo: el deseo y pedido lleno de amor y esperanza en Dios, de entregarme y morir en sus manos para nacer de nuevo, con un corazón nuevo, con deseos nuevos, con un corazón abierto, disponible, comprensivo y compasivo.
… pasé de querer morir por falta de amor, a querer morir para volver a vivir y dar amor.
Te agradezco infinitamente Mari, porque me acompañaste y me fuiste dando herramientas en este proceso, para que yo misma vaya abriendo y descubriendo mi camino, hacia mi propia esencia y hacia Dios.
En este camino de sanación, descubrí que Dios nos va mostrando de a poquito, lo que podemos ver y procesar.
Hace dos semanas me enteré que me habían querido abortar. Mi mamá llego a estar en la camilla para abortarme.
Fui el producto de un encuentro sin compromiso, algo casual en una aventura de jóvenes de muy distintas realidades sociales.
El enterarme de esto más allá de ser movilizador, fue inmensamente liberador. Sentí que mi alma decía ¡¡por fin llegamos a ver la raíz de la falta de amor a mi misma!!
Entendí porque desde que tengo consciencia, no había amor que me alcanzara.
Bueno,….habría mucho para contar… ahora estoy internalizando y llevando a mi corazón el amor infinito de Dios, que permitió que naciera; y al que necesito amar como Padre que me amó desde la eternidad y me ama incondicionalmente.
Perdono a mis padres y los comprendo que ellos también tuvieron sus historias personales,
y que en ese momento tuvieron miedo y pensaron en ellos primero.
Pero fue más fuerte la vida, y acá estoy.
Gracias, gracias y mil gracias Mari por ser instrumento de Dios.
Te mando un abrazo enorme y agradecido.
Nuestra vida está en las manos de Dios.
Estamos en el corazón de un Padre lleno de amor y misericordia.
Allí esta la única verdadera paz y sentido de vivir.
Laura
-Gracias por compartir tan profundo testimonio Laura! bendiciones y feliz navidad!
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