He juzgado…y al cabo de unos años me veo a mi misma atravesando esa situación…
-Así es, aquello que juzgamos luego parecería que la Vida nos lo hace experimentar, juzgar entonces, es como un imán que atraerá a nuestras vidas eso que juzgamos para que aprendamos a dejar de hacerlo… y volvernos más comprensivos, compasivos, con aceptación de los destinos de cada cual… con respeto y honra.
Por otro lado, recordemos esta frase de Bert Hellinger que nos dice que a la hora de acompañar a un otro en un proceso, es esencial mirar con amor y respeto a sus padres:
“Los padres para sus hijos quedan por siempre, si nosotros podemos llevar esto en nuestros corazones les va a ir muy bien a todos aquellos a los que nosotros queremos ayudar”