Nuestro mundo es un espejo de nuestro interior
El anciano preguntó a su vez:
-“¿Que clase de personas viven en el lugar de dónde vienes?”.
-“Oh, un grupo de egoístas y malvados”, -replicó el joven”, estoy encantado de haberme alejado de allí”.
A lo cual el anciano contestó:
-“Lo mismo habrás de encontrar aquí”.
Ese mismo día, otro joven se acercó a beber agua al oasis y viendo al anciano preguntó:
-“Que clase de personas viven en este lugar?”.
El respondió con la misma pregunta:
-“¿Que clase de personas viven en el lugar de dónde vienes?”.
-“Un magnífico grupo de personas, honestas, amigables, hospitalarias, me duele mucho haberlas dejado” -dijo el joven-.
-“Lo mismo encontrarás aquí”, replicó el anciano.
Un hombre que había oído ambas conversaciones preguntó al anciano:
-“¿Como es posible dar dos respuestas tan diferentes a la misma pregunta?”.
A lo cual el anciano respondió: Cada uno lleva en su corazón el medio ambiente donde vive.
Aquel que no encontró nada bueno en los lugares donde estuvo, no podrá
encontrar otra cosa aquí. Quien encontró amigos allá, podrá encontrar
amigos aquí, porque, a decir verdad, lo que ellos han “visto” en los
lugares donde han estado, no es más que el reflejo de ellos mismos”.
Cuento Zen
“Escúchenme todos y entiéndanlo bien.
Ninguna cosa externa que entra en el hombre puede mancharlo; lo que lo hace impuro es aquello que sale del hombre.
¡Si alguien tiene oídos para oír, que oiga!”
Jesús
Marcos 7,14
ok amigo, gracias! Bendiciones!
ASÍ ES…
Te invito a pasarte el domingo 10, a lo largo del día, se publicara un post en Tao-Sai que quizá te interese.
Un abrazo zen amiga 🙂
Namasté