Olvidados de la unidad eterna con el Creador, nos volvemos locos
Así como un niño necesita la presencia de sus padres para sentirse seguro y a salvo, cuando devenimos adultos necesitamos sentir la unidad con nuestro Padre, con el Creador. Si quedamos con la creencia inconsciente que nos hace creer el sistema del ego, que estamos separados de Dios, nos invade la sensación de soledad y abandono; inevitablemente caemos en depresión, ansiedad, sensación de desamparo, infelicidad, sufrimiento y miedo.
El hombre ha inventado muchos remedios para estos males, pero profundizar en la raíz oculta que sostiene este malestar, personalmente lo he encontrado a través del libro Un Curso de Milagros, cuyas comprensiones liberadoras te comparto en este link: https://despertarycrecer.com/ucdm/ Recorrer las lecciones diarias me libera de los pensamientos falsos, y me trae al instante presente con el recuerdo de: Dios va conmigo dondequiera que yo voy, como nos enseña la lección 41. Una tarea diaria, perseverante, de observación constante para atravesar esa oscura y pesada nube de pensamientos falsos, y llegar a la luz de la verdad que se encuentra más allá: la unidad eterna con nuestro Creador.
Sabernos sostenidos, acompañados, guiados por Jesús en el retorno al recuerdo de nuestra unidad eterna con Dios, nos devuelve la alegría y luz natural de nuestro verdadero Ser. No soy este cuerpo, aislado, solo, que tiene que defenderse como nos susurra el ego; soy el Espíritu divino, infinito y eterno experimentando a través de este cuerpo, sostenido y amado por el Creador.
La idea del ego que estamos separados del Creador, nos engaña y nos sumerge en un vacío existencial que solo es posible llenar a través del recuerdo de la Verdad.
El vacío existencial no se llena con objetos, con cosas que se compran, comida, alcohol en exceso o con vínculos de apego para tapar la soledad. El vacío se transforma en TODO con el recuerdo que somos un solo Ser, unido eternamente al Creador.
Jamás puedes sufrir porque la Fuente de toda dicha va contigo dondequiera que tú vas. Jamás puedes estar solo porque la Fuente de toda vida va contigo dondequiera que tú vas. Nada puede destruir tu paz mental porque Dios va contigo dondequiera que tú vas. Lección 41, 4,2-4 UCDM
La Voz del Amor nos habla y todos podemos escucharla, nos habla de diferentes formas, por medio de nuestros hermanos, de libros, etc. Basta que nos dispongamos a escucharla. Está disponible para todos. Si bien el camino es personal, reunirnos con otro/s para recordar esta Verdad, es poderoso y liberador. Ambas instancias son necesarias en el proceso de recuerdo de nuestra real Identidad.
Para meditar
En la mitología griega, “Moro o Moros” era la personificación de la condenación inminente: Moros era invisible y oscuro. Era uno de los llamados «dioses oscuros» (o Daimon) junto con sus hermanos Tánatos (Muerte), las Keres, Hipnos (Sueño) y los Oniros (la tribu de los sueños).
“Moro” tiene que ver con lo oscuro, la muerte, el sueño loco.
De ahí que la palabra “Amor” es exactamente lo contrario: la puerta a la Vida Eterna.
Para vivir en la Verdad y la Luz, el Camino es el Amor.
Y, ¿cómo? observando, tomando consciencia de los pensamientos para discernir los pensamientos dementes del ego, de los pensamientos correctos, en sintonía con el Amor, con el Creador.
Lección del día del Libro de Ejercicios de Un Curso de Milagros
LECCIÓN 41
Dios va conmigo dondequiera que yo voy.