Para poder relacionarnos de manera sana, positiva, bondadosa, respetuosa.
En nuestro camino por la vida, y a partir de nuestros vínculos primarios, vamos construyendo una manera personal y particular de ver la vida.
Así es que cada uno de nosotros tiene una manera personal de moverse en ella. Algunos valoramos más ciertas cuestiones y otros, otras que pueden ser diferentes.
Algunos autores llaman a esta construcción personal “mapas mentales”, otros le llaman “matrices de aprendizaje”.
Y es desde éstos mapas mentales o matrices de aprendizaje que reaccionamos a la realidad en sí misma. Con lo cual, estos mapas mentales actúan como filtros de la realidad.
A veces, estos constructos mentales son verdaderos instrumentos para operar efectivamente en la realidad; pero otras no, por el contrario, son obstáculos que es necesario ver y modificar porque generan gran dolor y sufrimiento.
Como vemos, las personas pensamos, sentimos y actuamos desde nuestra percepción de la realidad y no desde la realidad misma; lo cual significaría que nuestros problemas no están en la realidad sino en la representación que tenemos de ella.
Además, como hombres y mujeres, masculinos y femeninos, tenemos también nuestras grandes diferencias a la hora de ver el mundo y movernos en él.
De allí que nuestros vínculos se transforman en un verdadero desafío: ¿pueden los hombres respetar la vida emocional de la mujer, respetar el mundo de la mujer, respetar sus necesidades?, ¿pueden las mujeres respetar el mundo de los hombres y su diferente forma de moverse en él?, ¿puedo comprender que mi mapa es mi forma de entender la realidad en un momento determinado y que los otros tienen o pueden tener mapas diferentes?
Cuando creemos que nuestra manera de ver y movernos en la vida es la única válida, aparecen los conflictos, aparece la lucha de poder a ver quién gana sobre el otro, lo cual es un gran desgaste de energía vital.
Nada es estático, todo está en movimiento continuo, es posible ampliar nuestra mirada, y desde allí, elegir diferentes maneras de relacionarnos con nosotros mismos, con los otros, con la Vida misma.
Lograr comunicarnos, comprendernos, conectarnos, implicará abrir nuestras conciencias a estas diferencias humanas, constructos mentales que vamos incorporando inconscientemente; y, esencialmente, abrir nuestro corazón para poder relacionarnos de manera sana, positiva, bondadosa, respetuosa; enriqueciendo-nos mutuamente.
Tips para tener en cuenta
-Darnos cuenta que nuestro modo personal de ver la vida no es la única verdad…
Ver al otro tal y como es, y estar dispuestos a ser vistos tal y como uno es…
Te veo… es bueno verte…
Estoy aqui… es bueno estar aqui…